¡Bienvenida la primavera!
¿Cómo han ido la Semana Santa? ¿Qué habéis experimentado este año? ¿Dónde habéis estado y con quién la habéis compartido?
En un mundo que a menudo parece girar rápido, es fácil perder de vista la conexión con la tierra bajo nuestros pies y las historias que ha visto desplegarse a lo largo de los siglos. Sin embargo, para nosotros, los jóvenes, reconocer y comprender el lugar donde vivimos o que estamos visitando puede ser una puerta hacia un futuro más consciente y sostenible.
¿Cómo es eso? Te cuento más, sigue leyendo.
¿Nunca os ha pasado que habéis llegado un nuevo lugar y os sentís completamente perdidos? No entendéis nada y tenéis un sentimiento de no pertenencia. Puede incluso pasarte en tu propia ciudad, a mí me ha pasado tantas veces… Pero descubrí que es normal, que a pesar de ser una especie con una capacidad de adaptación increíble, tenemos que poner un poquito de nuestra parte para saber dónde estamos y, mucho más importante, crear un sentimiento de pertenencia. No porque es tuyo, sino porque perteneces a él.
Pero, claro, hay muchas formas para “poner de nuestra parte”.
Conectar con la tierra es fundamental para entender cómo interactuar de manera positiva con nuestro entorno. Una forma de lograrlo es sumergirnos en la historia del lugar donde estamos. ¿Qué historias guarda la tierra que pisamos? ¿Qué sabemos sobre las prácticas de la tierra a lo largo del tiempo?
Explorar estas preguntas nos permite comprender mejor cómo hemos llegado al presente.
Cuando investigues la historia de un lugar, busca retroceder en el tiempo tanto como sea posible. Observa las prácticas de la tierra a lo largo de las épocas y aprende sobre las tradiciones culturales que han moldeado la tierra. Incluso en entornos urbanos, es posible descubrir cómo la ciudad se relacionaba con la tierra en el pasado, o cuál era la historia antes de su fundación.
Para algunos, el lugar donde vivimos es también el lugar donde nacieron nuestros antepasados. En este caso, podemos explorar nuestras raíces familiares y descubrir las prácticas culturales que han estado arraigadas en la tierra durante generaciones. Para otros, la migración ha marcado su historia, y es esencial reconocer y aprender de las culturas y prácticas originales de la tierra que ahora llamamos hogar.
A medida que aprendemos sobre la historia de nuestro entorno, también reconocemos las necesidades y los dones de quienes lo habitan en el presente. En un mundo cada vez más diverso, es crucial abrazar y honrar todas las voces y experiencias. Al adoptar prácticas del pasado y del presente, podemos trabajar juntos hacia un futuro más equitativo y sostenible.
Así que, jóvenes, os invito a embarcaros en este viaje de descubrimiento. Aprendamos de la tierra, de sus historias y de las personas que la han cuidado a lo largo del tiempo. ¡Nuestro futuro está en nuestras manos y en la relación que cultivemos con nuestro entorno!
Dedica tiempo a observar el entorno natural que te rodea. ¿Qué plantas crecen en tu área? ¿Qué animales son comunes en tu entorno? ¿Cuáles son las costumbres culturales? ¿Cómo ha sido el desarrollo del lugar al cabo del tiempo?
Sal de casa y explora los espacios naturales cercanos. ¿Hay parques, bosques, ríos o montañas a los que puedas ir? ¿Qué sensaciones te transmiten estos lugares?
Únete a grupos locales o iniciativas que trabajen en la conservación del medio ambiente. ¿Qué organizaciones o proyectos están activos en tu área y cómo puedes contribuir?
¿Cuál es la historia de mi entorno y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo?
¿Cuáles son las prácticas tradicionales de la tierra que alguna vez se utilizaron en mi área y cómo pueden aplicarse en la actualidad?
¿Cómo puedo aprender más sobre las culturas que han habitado mi región o la región donde estoy viajando y cómo puedo honrar y respectar sus conocimientos y tradiciones?
¿Qué acciones puedo tomar para proteger y preservar los recursos naturales del entorno para las generaciones futuras?
¿Cómo puedo compartir mis conocimientos y experiencias con otros jóvenes para inspirar un cambio positivo en nuestra relación con el medio ambiente, la cultura y la sociedad?
Al explorar estas prácticas y reflexionar sobre estas preguntas, podemos cultivar una conexión más profunda con su entorno.
Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.