Qué responderías si te preguntasen, ¿Cómo describirías una buena vida? Para algunos seguramente pueda evocar imágenes de familiares o amigos, también puede que para ti esté relacionado con la felicidad o el disfrute, para otros estará enfocado en la estabilidad profesional y económica o en función del impacto que quieras marcar en el mundo, completándonos con una mentalidad de vida psicológicamente rica. Habrá otros cuantos que la misma pregunta os sugiera otras cuestiones como: ¿Cómo puedo saber que es tener una buena vida?
Una nueva investigación sugiere que existe una forma alternativa de vivir una buena vida.
No se centra en la felicidad o el propósito, sino que es una vida que es ‘psicológicamente rica’.
¿Interesante no?
Si lo vemos desde punto de vista filosófico, llevamos años tratando de investigar en los diferentes conceptos que tenemos sobre la mejor forma de vivir la vida. Antiguamente se crearon algunos de los conceptos como “hedonismo” y “eudaimonia”. El primer tipo se clasificaría como una vida basada en el placer, la comodidad, la estabilidad y relaciones sociales sólidas. El segundo, una persona con el tipo de vida «eudaimónico», principalmente está relacionado con el sentido de propósito y satisfacción que uno obtiene al contribuir al bien mayor.
Si hablamos en términos de bienestar, el enfoque hedónico está enfocado en el logro del placer y evitación del dolor. El enfoque eudaimónico se centra la autorrealización y define el bienestar en términos del grado en que una persona está funcionando plenamente.
Pero un nuevo artículo, publicado en Psychological Review de la Asociación Estadounidense de Psicología, sugiere que hay otra forma de vivir una buena vida.
Según los autores Shige Oishi, profesor de psicología en la Universidad de Virginia, y Erin Westgate, profesora asistente de psicología en la Universidad de Florida, una vida psicológicamente rica es aquella caracterizada por «experiencias interesantes en las que la novedad y / o la complejidad van acompañadas de profundos cambios de perspectiva«.
Estudiar en el extranjero, por ejemplo, es una forma en lo que a menudo introducen riqueza psicológica en sus vidas. A medida que aprenden más sobre las costumbres y la historia de un nuevo país. A menudo se les pide que reconsideren las costumbres sociales de sus propias culturas.
Fundamentalmente, una experiencia no tiene que ser divertida para calificar como enriquecedora psicológicamente. Incluso podría ser una dificultad, experimentar una ruptura con tu pareja, pelearse con los amigos o vivir en lugares donde nos podemos sentir incómodos.
Agregar riqueza psicológica a nuestras concepciones de cómo puede ser una buena vida, dice Westgate, es importante porque “deja espacio para el desafío y la dificultad. No se trata solo de «que todo vaya bien y sin problemas». Pasar por experiencias incómodas, tiene valor.
Los autores del estudio también encontraron que las personas con vidas psicológicamente ricas tenían más probabilidades de ser políticamente liberales y abrazar el cambio social, mientras que aquellas con vidas felices o significativas tenían más probabilidades de querer mantener el status quo.
Una de las grandes preocupaciones de los autores era si la búsqueda de una vida psicológicamente rica es un fenómeno particular en algunas sociedades occidentales, o algo que solo desearía una persona privilegiada que tuviera sus otras necesidades satisfechas. Pero el estudio encontró que la idea de una vida psicológicamente rica no era más popular en los países occidentales o más ricos que en otros lugares. Y aunque las personas con vidas felices tendían a tener un nivel socioeconómico más alto, los autores no encontraron asociaciones significativas entre los ingresos y las personas con vidas psicológicamente ricas y significativas.
En la investigación muestra que las personas tienden a ser más felices a medida que envejecen, lo cual está ligado al hecho de que “en lugar de priorizar las experiencias desafiantes, priorizan las cosas familiares que las harán felices; en lugar de conocer gente nueva, dan prioridad a la familia y los amigos cercanos. Esas cosas aumentan la felicidad, pero pueden disminuir la riqueza psicológica.
¡Vaya pregunta!
Considerar lo que significa vivir una buena vida es complicado por las realidades de la era Covid, que ha impuesto limitaciones adicionales a la capacidad de muchos de nosotros para crear el tipo de vida que deseamos. Si tú valoras mucho pasar tiempo con amigos probablemente ha tenido menos oportunidades de socializar, al igual si te encanta viajar es probable que hayas realizado muchos menos viajes que en años anteriores.
¡Y aquí está el quid de la cuestión!
Somos seres en constante descubrimiento personal, que es una parte importantísima en nuestro desarrollo. También condicionados por ciertos factores externos que al igual que nos potencian, nos pueden limitar. A raíz de esta reflexión te podría preguntar ¿y qué valor le das tú a estos límites? Pues depende mucho de lo que para ti signifique que la vida valga la pena y donde este tu foco puesto.
¿Qué tipo de orientación —hacia la felicidad, el significado o la riqueza psicológica— podría ser más ventajosa para la vida que quieres vivir?
O si no es ninguna de estas, ¿cuál es la tuya?
¡Compártela!, seguro que podrás inspirar a mucha gente con tu respuesta.
Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.