¡Hola de nuevo, familia!
En el anterior artículo sobre ¿qué es la filosofía slow life o vida slow?, pudimos ver algunos beneficios de llevar un ritmo de vida más pausado y más presente. Y es que cuando nosotros obtenemos este ritmo de vida, podemos ver algunos cambios en la sociedad que nos rodea, no solo porque obtenemos una perspectiva diferente de las situaciones, sino porque también nos involucramos con grupos, personas y sociedades que llevan este mismo ritmo.
Necesitamos reflexionar sobre cómo vamos a tener que cambiar individual y colectivamente para crear este futuro. Al plantearnos juntos estas preguntas es posible que podamos llegar a entender que vamos a tener que colaborar como una sola especie y aprender a trascender e integrar nuestras diferencias si queremos un futuro próspero para toda la humanidad.
Necesitamos plantear algunas preguntas importantes sobre “por qué” y “qué pasaría si…” Necesitamos redescubrir el terreno común de la comunidad humana. Esto nos permitirá crear juntos (cocrear) un futuro en el que merezca la pena vivir. Necesitamos un discurso colectivo sobre quienes somos y por qué vale la pena asegurar la pervivencia de la especie humana, un discurso compartido lo suficientemente potente como para lograr que mantengamos nuestro espíritu innovado, creativo y cooperativo mientras nos hacemos preguntas sobre el que, el cómo, el cuándo y el dónde.
Daniel Wahl, “Culturas Regenerativas”
El ritmo de nuestras sociedades influye en la manera de percibir y de preguntarnos sobre nuestro futuro colectivo. Y es aquí donde este nuevo concepto de culturas regenerativas, tiene un importante peso.
Las culturas no se diseñan de arriba a abajo, sino que en la mayoría de los casos crecen de manera orgánica de abajo a arriba. Intentamos entender los distintos acontecimientos a través de las lentes de la historia, de la sociología, de la antropología y después del paso del tiempo, de la arqueología.
A pesar de que las culturas no se pueden diseñar como algo completo y coherente, hemos adquirido la habilidad de diseñar partes como el sistema educativo, un vecindario o el sistema bancario. Sin embargo, las cosas que se crean así están principalmente hechas a medida de las estructuras de poder y riqueza existentes sin que se tengan en cuenta las otras partes o el largo plazo. La incoherencia resultante es fuente de gran perplejidad para los expertos.
Es por ello, de esta propuesta de culturas regenerativas, la palabra “regenerativo” significa un compromiso con los procesos vitales inherentes al diseño ecológico, es una forma de “elegir la vida” de manera más consciente.
Tenemos la oportunidad como especie, como humanidad, de unirnos y reflexionar sobre la historia hasta el momento, hacer un balance, escuchar lo que realmente queremos para nosotros, nuestras familias, los lugares y las comunidades que nos importan. Tal proceso de escuchar más profundamente y hacer preguntas importantes juntos podría haber ayudado a crear una base para co-imaginar el futuro, un futuro que a todos nos gustaría co-crear como una sola familia humana.
En el siguiente artículo os hablaremos más sobre las culturas regenerativas y cómo podemos empezar a rediseñar de manera individual y colectiva.
Por ahora vamos a daros otros 3 consejos para disfrutar de una vida slow y contribuir a la construcción de culturas regenerativas.
Cocinar nos hará valorar más nuestra comida, nos ayudará a estar unos minutos centrados en una única tarea y nos permitirá bajar el ritmo. Disfrutar de los alimentos, conocerlos, explorar nuevas recetas o crear las vuestras propias, incluso hacer comida para tus familiares, amigos o para tus vecinos. ¡Compartir!
Qué mejor momento que Navidad para regalar unos platos hechos por vosotros mismos. Ser consciente de la cantidad de comida que gastamos y desperdiciamos nos puede ayudar a comprender la importancia de los alimentos y el tiempo de dedicación. Y sobre todo y más importante para aportar a la construcción de culturas regenerativas: que los alimentos sean locales.
Échale un vistazo a este artículo para saber más.
El enfoque del slow life y culturas regenerativas no se olvida de las vacaciones y del turismo. Así, propone la práctica de un turismo sostenible, limitando los destinos y los itinerarios. También pausando el ritmo del viaje, para poder tener una inmersión más profunda en los lugares y culturas que queremos conocer.
El ritmo de vida acelerado no solo nos afecta a los adultos, también los niños y adolescentes pueden sufrir estrés y ansiedad debido a que les falta tiempo en su agenda. Disponer de tiempo para el juego, e incluso aprender a tolerar los momentos de aburrimiento, les ayudará a desarrollarse mejor en la vida adulta.
Échale un vistazo a este artículo para saber más.
Puede que hayas hecho un pequeño trabajo de artesanía o un proyecto Do It Yourself y sabrás lo gratificante que es hacer algo con las manos. Si no lo has hecho, te lo recomendamos, este tipo de actividades requieren una concentración plena en lo que estamos haciendo, por lo que liberan nuestra mente de otras preocupaciones y nos ayudan a bajar el ritmo y a relajarnos.
¿Qué es os parece regalar cosas hechas por vosotros mismos? ¡Pruébalo y nos cuentas!
En el siguiente artículo veremos más en detalle que pasos podemos dar para formar parte de la construcción de culturas regenerativas.
Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.
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