Si has leído el blog de The Lemon Tree Education, habrás visto que mencionamos la palabra “valores” en algún que otro artículo… ¿a qué nos referimos con valores?
No nos referimos a aquello que el resto de personas destacan de ti, como ser alegre, inteligente… que son características de personalidad con las que nos definimos. Tampoco nos referimos a acciones u objetivos vitales como sacar buenas notas. Los valores no son emociones como estar bien o feliz. Sin embargo, todas estas cosas están influenciadas por tus valores. ¡Vamos a conocerlos y a descubrirlos a través de una técnica sencilla!
Los valores de una persona son la base o cimientos sobre los que construye su vida. Son el criterio por el que decide actuar de un modo u otro o marcarse determinados objetivos, por lo que determinan sus acciones y hábitos.
Los valores dan sentido a nuestra existencia, son nuestra luz de guía a lo largo de la vida, definen nuestra moralidad (algo así como lo que consideramos que está bien o mal), nuestras decisiones en el presente y nuestras proyecciones hacia el futuro. Vaya, que nos ayudan a tomar decisiones y no perder el norte.
Por ejemplo, si mi valor es cuidar de mi salud, elegiré tomar variedad de fruta y verdura todos los días, así crearé el hábito de basar mi dieta en estas. Y, por poner otro ejemplo, me plantearé como objetivo practicar algún deporte con frecuencia, decidiendo salir varios días a la semana a correr o apuntarme a natación.
Los objetivos se alcanzan, acabándose, son un fin; pero los valores no, manteniéndose presentes, son un camino. Son un faro que nos guía. Yo puedo dejar de ir a natación en un momento determinado y conseguir llevar una dieta saludable sin esfuerzo, sin tener que proponérmelo, y que siga siendo importante para mí el cuidado de la salud.
Los valores no son solo personales, pueden ser valores grupales o comunitarios, como el compañerismo, o hacer comunidad desde el valor de la diversidad y la cohesión. También puede definir sus valores una empresa o entidad (por ejemplo, un colegio o instituto). Valores típicos de una empresa pueden ser la transparencia y la responsabilidad, y de un colegio, la igualdad de oportunidades y la inclusión.
Es fundamental que conozcas tus valores para poder actuar conforme a ellos de manera consciente, y así no perder de vista el camino que te marcan. Cuando te pierdes puedes sentir la decepción, el vacío, frustración e insatisfacción con tu vida, puedes llegar a sentir que “no vales”… Tiene sentido que tu autoestima sea más alta si te ves a ti misma o mismo actuado según aquello en lo que crees, según tus valores, que si no lo haces.
Hacerlo es tan poderoso como mirarte al espejo y ver lo que de verdad te importa, lo que harías si tuvieses libertad para elegir. No se trata de detectar tus obligaciones, los problemas que más ocupan tu pensamiento o tu tiempo, ni aquello que tu entorno cree que debes priorizar. Ni siquiera son lo que tú crees que “debes” hacer, sino lo que para ti es realmente importante en la vida, libremente, sin atender miedos ni barreras…
Imagina que no existe todo aquello que te hace sufrir o que tienes que hacer por obligación, ¿cómo sería tu forma de vivir?, ¿a qué dedicarías tu energía?, ¿qué es lo que realmente te parece importante o valioso? ¡Veamos si esta técnica te ayuda a dar respuesta a estas preguntas!
De la siguiente lista de valores apunta en un papel los que sean importantes para ti, sin pensar en lo correcto o incorrecto, pues nadie tiene que saber o juzgar lo que has elegido. También puedes escribirlo en las notas del móvil o donde te sea más cómodo. Si tienes dudas sobre el significado de alguna palabra te recomiendo que la busques en el diccionario.
Audacia, autenticidad, salud, ecología, belleza, crecimiento, aventura, compasión, confianza, honestidad, generosidad, resolución de problemas, respeto, competencia, afecto, lealtad, seguridad, comunidad, justicia, intimidad, independencia, conexión, virtud, disciplina, pasión, cuidado, equilibrio, disidencia, diversión, responsabilidad, entrega, tranquilidad, entusiasmo, empatía, compromiso, tradición, espiritualidad, sencillez, humildad, racionalidad, organización, desafío, esfuerzo, conocimiento, naturaleza, curiosidad, paz, humor, apertura, creatividad, paciencia, coraje, autoridad, inclusión, consideración, eficacia, estabilidad, excelencia, determinación.
Rodea o subraya los 10 más importantes de tu lista, eliminando el resto.
De esos 10 valores, quédate con los 3 más significativos para ti. Si te cuesta, te recomiendo que lo hagas eliminando uno por uno los que menos relevantes te resulten.
Reflexiona sobre los valores que has escogido, ¿sentirías que vives una buena vida si te pones al servicio de esos valores?, si alguien ve tu vida desde fuera, ¿podría adivinar esos valores?, ¿qué puedes hacer para acercarte más al camino que te marcan?
Los valores pueden entrar en conflicto unos con otros. Por ejemplo, un día mi amiga me pide que hablemos en el recreo porque está mal, pero yo pretendía usar ese rato para prepararme una exposición que tengo la siguiente hora. A mí me importa ser atenta con las personas que quiero y me importa ser responsable y trabajadora en clase, son mis valores. Según lo que más me importe, es decir, según cual sea mi prioridad, decidiré dedicar ese tiempo a una cosa u otra, o un rato a una y otra a otra…
Sí, se que es complicado, y es completamente normal si te frustras, porque la vida te pone en situaciones en las que hay que elegir y “no se puede tener todo”. Por eso, para la toma de decisiones, ayuda conocer tus valores y tus prioridades en cada momento.
Las circunstancias también son clave en la toma de decisiones. No solo decidimos nuestras conductas en función de lo que consideramos importante, también en función de la situación. Hay situaciones que requieren cierta urgencia por la que puede ser más prioritario un valor que otro. ¡No perdamos la atención a lo que nos rodea!
Cuando tus valores son claros para ti, tomar decisiones se vuelve sencillo.
Roy E. Disey
Espero que valores el rato que te has dedicado leyendo este artículo, ¡hasta la próxima!
Psicóloga y acompañante de personas en situación de vulnerabilidad: experiencia con menores en riesgo de exclusión social, migraciones, diversidad funcional y colectivo LGBTIQA+. Amante de todas las formas de vida, su misión es crear espacios sostenibles. Cooperante y gestora en proyectos de agroecología y protección animal. Escritora y fotógrafa en búsqueda de aprendizajes. “Cualquier momento es bueno para la ternura”.