¿Quién no ha sentido una mezcla de risa nerviosa y miedo al ridículo, cuando está de viaje o en presencia de personas de otras nacionalidades, al no saber cómo saludar? Hay tantas formas de hacerlo como tipos de culturas y lo normal es que se creen situaciones que, si no resultan incómodas, pueden ser hasta divertidas.
Desde The Lemon Tree Education damos una rápida vuelta al mundo por algunos países y hacemos un rápido repaso de las distintas formas de saludar en el mundo con las que podemos encontrarnos.
En este país centroeuropeo el contacto físico no es algo demasiado bien visto al saludar, y puede incluso resultar de mal gusto. Los jóvenes pueden darse un leve abrazo, pero lo más frecuente es darse la mano, y en otras muchas ocasiones una inclinación de la cabeza es suficiente. La manera de saludar depende también de las regiones, pero ante la duda, “Hallo” o “Guten tag” manteniendo la distancia de seguridad es la opción más segura.
En Austria, existe más formalidad y las personas suelen darse las manos mirándose a los ojos, y añadiendo un “Grüß Gott” o un “Servus”. Los austríacos no son de mucho hablar al saludar, pero dan mucha importancia a los títulos o cargos. Si vamos a saludar a un profesor de universidad, por ejemplo, más vale saber cuál es el título por el que le gusta que le llamen. Las mujeres se saludan dándose dos besos de derecha a izquierda, y en ocasiones los hombres que se conocen también.
En este país de Latinoamérica es habitual saludarse con un beso, pero, al igual que en Francia, la cantidad varía de una región a otra. Es habitual acompañar el saludo de un “Tudo bem ?” para el que nadie espera respuesta.
En Norteamérica, la gente se saluda exactamente como vemos en las películas, y no se sabe si la vida ha influido en el cine, o viceversa. Es muy habitual darse un abrazo bastante efusivo o enérgico, lo que sorprende a la mayoría de europeos, incluso los más afectuosos. Se acompaña el saludo de un “What’s up?” o “How are you doing?”. Y también se puede intercambiar un “high-five” o choca esos cinco. Más sorprendente aún es la gente que se saluda llamándose recíprocamente por su nombre, sin más. En caso de duda, dar la mano es lo más habitual, sobre todo a profesores y compañeros de trabajo.
En nuestro país vecino, se dice “Bonjour” para un saludo más formal o “Salut” de forma más coloquial y, dependiendo de las regiones, se darán 1, 2 3 o ¡4 besos!. La manera de no equivocarse es dar dos besos, o dar un apretón de manos, que es más prudente y mantiene las distancias de cortesía. No es frecuente tutearse, ni siquiera cuando se lleva cierto tiempo en contacto, y desde luego no se tutea jamás a una persona mayor.
Los holandeses no besan más que a la gente de su familia por lo que puede ser muy embarazoso ignorar esto. En la duda, siempre mejor dar un apretón de manos.
En el país de la bota, ya sea por la mañana, a medio día, por la tarde o por la noche, una sola palabra basta: “¡Ciao!. Se saluda a la familia y a los amigos con dos besos de izquierda a derecha. Aunque no sea tan frecuente como el «Ciao», el saludo con «Salve» es más apropiado para gente con la que no se tiene confianza. De manera más formal, emplean también el «Buon giorno» o «Buona sera», dependiendo del momento del día, al igual que en España.
En el país del sol naciente no hay ningún contacto físico. Hay que saludar con una pequeña reverencia, pero existe cierta complejidad ya que, dependiendo del grado de cortesía deseado, el ángulo de inclinación y el tiempo durante el que se mantiene son más o menos acusados. Cuanto más respeto se quiera o deba manifestar, más inclinación y más tiempo. Para adaptarse a los intercambios internacionales, los japoneses dan también un apretón de mano, pero bajando la mirada en señal de respeto. No es necesario hablar mucho al saludarse.
Los británicos murmuran un “How’re you doing?” o pronuncian un sonido parecido a “Al’right?” para saludarse, mientras se dan un beso muy superficial o se dan la mano. Si por un casual se le dan dos besos a un inglés, bromeará diciendo que es muy “continental”.
Desde la antigüedad, el saludo es una marca de respeto, amistad y cordialidad que los humanos han practicado de muchas formas distintas, y que han variado según las épocas y las culturas. Conocerlas, saber adaptarse a ellas y sobre todo mostrarse respetuosos hacia costumbres distintas a las de uno es un buen comienzo para establecer relaciones amistosas con gente de muy distintos horizontes.
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