La sutileza de la manipulación (I)

La sutileza de la manipulación (I)
10Dic 2022

Uno de los tipos de abuso emocional que podemos encontrar en una pareja es la manipulación de una de las partes hacia la otra. Además, hay casos en los que la persona que ejerce la manipulación puede hacerlo de forma inconsciente, sin darse cuenta, debido a patrones de conducta aprendidos de experiencias pasadas.

La manipulación dentro de una relación comienza con muestras de cariño y atención que enganchan y hacen sentir bien a la otra persona. De esta manera, poco a poco la persona que manipula va ganando terreno y acaba por anular la personalidad de la otra, generando una relación de poder sobre ella. Este desequilibrio afecta a la confianza de la víctima, creando una relación de dependencia y sumisión.

En este tipo de relaciones se invalidan los sentimientos, opiniones y necesidades de la pareja y se imponen los propios. Esto se lleva a cabo a través de discursos mediante los que se controla el comportamiento y los esquemas mentales de la otra persona. Además, la manera de hacerlo es tan sutil e inteligente que es muy difícil poder detectarlo y, por ello, es tan fácil entrar en esta dinámica.

¿Qué hace una persona que manipula?

Anular a la pareja

Hace que poco a poco vayamos perdiendo la confianza que tenemos en nosotros mismos hasta el punto de dudar de todo. De esta manera, las decisiones que tomamos no serán nuestras, sino que vendrán “aconsejadas” por nuestra pareja y estaremos bajo su voluntad, haciendo las cosas como él o ella quiere. Dejaremos de tener punto de vista propio así como capacidad de crítica y adoptaremos la forma de ver las cosas de la otra persona: acabamos por perder nuestra identidad.

Comentarios pasivo-agresivos

Esto ocurre cuando nuestra pareja expresa sus sentimientos negativos de forma indirecta, con frases disfrazadas de bromas o ironías que provocan daño. En vez de expresar sus necesidades, lanza comentarios hostiles de forma sutil o se comporta de manera resentida. Esto es difícil de detectar a pesar del impacto que puede provocar en nosotros.

Por ejemplo, pasamos una tarde con nuestra pareja y nos dice que se lo ha pasado genial y le encanta pasar tiempo con nosotros. Sin embargo, luego añade un “pero” haciendo referencia a que su ex se quedaba a dormir en su casa y así podían compartir aún más tiempo.

Disminuir la autoestima

Cuando hace referencia a tu persona o a las cosas que haces, te menosprecia (“¿Crees que deberías ponerte esa camiseta con la barriga que te hace?”), pone pegas, saca defectos o dice que no sabes hacer algo (“Déjame a mí, anda, que tu no sabes”). En vez de utilizar comentarios constructivos para motivarte, hace todo lo contrario, te destruye. Utiliza tus debilidades contra ti y, ya que nosotros confiamos en nuestra pareja, le hacemos caso y dejamos de hacer cosas que antes hacíamos.

Tergiversar la realidad

Una de las principales habilidades de las personas que manipulan es la distorsión de la realidad, hasta el punto de hacernos dudar e incluso de creer lo contrario a lo que hemos visto, escuchado o sentido. Esta manipulación de la realidad crea tal confusión que nos hace dudar de nosotros mismos. Son expertos en «darle la vuelta a la tortilla» para que la responsabilidad esté ahora nosotros y usan unos argumentos tan convincentes que son muy difíciles de rebatir.

Esto lo pueden hacer cambiando el significado de algo que dijeron, por ejemplo: Imagina que vuestros amigos os proponen salir por la noche y tu pareja te dice que esa noche no sale. Cuando tú te dispones a prepararte para salir, tu pareja te dice que lo que te había dicho por la mañana era que quería que os quedarais los dos en casa esa noche.

Busca dar pena

A través del victimismo intenta generar que sintamos lástima hacia él o ella, transmitiéndonos que nos necesita para que, así, sintamos culpabilidad. De esta manera, nos confiere un falso poder y actuamos en consecuencia, sentimos que tenemos la obligación de estar para él o ella.

Por ejemplo, en una discusión, el victimismo puede venir disfrazado de arrepentimiento y culpa “Lo siento, tienes razón, no merezco estar contigo. A veces no sé cómo gestionar algunas situaciones y quiero cambiar, pero necesito que tú me ayudes a cambiar”. En este mensaje intenta mostrar que es consciente de que hay un problema y que necesita un cambio, pero acompañado de palabras para dar pena “no merezco estar contigo” y poniendo en ti la responsabilidad de su cambio “necesito que tú me ayudes”.

Invalida tus emociones

Ocurre cuando nuestra pareja le quita importancia y menosprecia aquello que sentimos, pensamos o hacemos. Esto lo hace alegando que somos unos exagerados, que lo que nos pasa no es para tanto o que estamos locos. También puede compararlo con cosas que le ocurren a él o ella, haciendo referencia a que lo suyo es mucho más grave o importante que lo nuestro.

Por ejemplo, puede utilizar frases como “¿En serio estás así por esa tontería? Anda deja de darle importancia a esas cosas…” Con esto lo único que se consigue es infravalorar nuestros sentimientos dañando la confianza en nosotros mismos. Otra forma de invalidar es a través de una comunicación violenta, en las que pueden aparecer frases como “No pienso discutir por esta tontería contigo” consiguiendo dejar a un lado nuestras necesidades y menospreciando nuestra opinión.

Es natural pensar que nosotros no vamos a dejar que nadie nos manipule, pero la clave no está en que dejemos que lo hagan o no, sino en saber detectar estas manipulaciones desde el primer momento para poder evitarlas. Si todo esto es desconocido para nosotros, la sutileza de estos patrones de conducta, de las estrategias que utilizan, hacen que seamos víctimas sin darnos cuenta.

¿Cómo podemos evitar esto?

Es muy útil, antes de iniciar cualquier tipo de relación, tener presente cuáles son nuestros límites y cuáles son las cosas esenciales para nosotros en una relación. Una manera sencilla de marcar el inicio de ese límite es cuando sentimos que no hay respeto, cuando los momentos malos superan los buenos, cuando no eres feliz en esa relación.

Tomar esta decisión no es fácil ya que influyen factores como el amor que sentimos hacia nuestra pareja, el miedo a arrepentirnos o el miedo a la soledad. Sin embargo, en vez de centrarnos en el momento presente, vamos a preguntarnos si nos vemos en 5 años con esa persona, con esa relación y las sensaciones que nos provoca, si nos vemos compartiendo nuestra vida con alguien que no nos respeta y dónde somos infelices.

Te lo cuenta...

Alba Rodríguez

Alba Rodríguez

Alba es psicóloga sanitaria y ha realizado un máster de migraciones internacionales, salud y bienestar, además de proyectos de cooperación en Senegal, con menores en riesgo de exclusión social así como talleres con refugiados e hijos víctimas de violencia de género. Trabaja como psicóloga en una ONG con niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad dando un servicio de atención terapéutica y realizando actuaciones de sensibilización y asesoramiento para la prevención de la violencia y la promoción de la salud mental. Su misión es conseguir el bienestar de la persona, la promoción de una sociedad inclusiva e intercultural y el desarrollo integral de las personas más vulnerables.

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