Hay tantas formas de vivir la adolescencia como adolescentes
Isa Duque
Sin olvidar la individualidad de cada persona, personas de edad parecida que pertenecen a una misma cultura y momento histórico, pueden tener características similares y específicas al momento que viven, que les diferencian de otras generaciones. Esto es algo de lo que hablo en mi anterior artículo de esta serie. Si aún no lo has leído, ¡estás a tiempo!
La generación Z, posmilenial o centennial es la generación de las personas nativas digitales, hijas de Internet, el smartphone y las redes sociales. No solo destacan por sus uñas largas y pelo de colores… Les puede caracterizar ser personas con inquietudes, revolucionarias y emprendedoras.
Es una generación con acceso a muchísima información y eso les ha convertido en personas que cuestionan lo que tienen delante y se movilizan, son capaces de luchar por construir un mundo en línea con sus valores. Un buen ejemplo son Greta Thunberg (con solo 15 años) y tantísimos otros jóvenes que iniciaron y abanderan el movimiento Fridays for Future: https://fridaysformadrid.org/manifiesto/.
Este acceso a la información también les ha convertido en grandes autodidactas, que aprenden por sí mismos habilidades como crear diseños o mezclar música, además de indagar sobre cualquier tema de su interés. Son personas resueltas y proactivas, unas “buscavidas”, pues se han criado con la crisis económica y se han preparado para las dificultades que les ha tocado vivir.
Isa Duque, psicóloga, sexóloga y activista, en su proyecto Psico Woman reivindica el valor de la generación Z denominándola la “generación encontrada”, además de reflexionar sobre el adultismo. En su libro “Acercarse a la generación Z: una guía práctica para entender a la juventud actual sin prejuicios”, dedica las siguientes palabras a los y las zoomers:
“[…] nos encontramos frente a una juventud solidaria, activa políticamente, responsable, que tiene conciencia de las desigualdades e injusticias sociales, preocupada por el cambio climático, la educación, la precarización y la igualdad entre hombres y mujeres”.
Además, es un libro que no puedo dejar de recomendar a todas las generaciones, por su visión crítica, pero, sobre todo, tierna y profundamente inspiradora. Por otro lado, te invito a ver el siguiente video para entrar en contexto sobre el adultismo:
El adultismo o adultocentrismo es una idea (desgraciadamente) bastante extendida por la que se valora más a las personas adultas de mayor edad frente a las jóvenes, adolescentes o niños y niñas. Esto tiene consecuencias peligrosas, como la creencia de que las personas mayores tienen poder sobre aquellas que están en su niñez o juventud y pueden hacer uso de este.
Ejemplos del día a día que yo misma he vivido y escuchado recientemente en menores es que el sector servicios a veces se esfuerza menos en tratarte lo mejor posible con respecto a otras personas más mayores. Por muy buena actitud y mucha educación que tengas, a veces un grupo de adolescentes es el último al que se atiende en una cafetería, como si fuesen clientela menos deseable. “¿Yo no tengo derecho a tomarme un refresco? Si lo voy a pagar igual que mi padre haría y al mismo precio.” “Yo también agradezco que me sonrían y me traten con respeto”.
Incluso, en el caso de niños y niñas más pequeños, en ocasiones, ocurre que ni se les permite decidir sobre su cuerpo, presionándoles o casi “obligándoles” a darle un beso a alguien de la familia con quien no sienten esa comodidad.
Seguro que no soy la única que ha escuchado expresiones como: “los jóvenes de hoy en día no saben lo que es el esfuerzo” o “ya no saben hacer nada más que pegarse a una pantalla”…
Ante declaraciones como estas por parte de las personas adultas más mayores, la juventud respondió con su mejor arma: los memes. Si quieres saber más sobre la expresión “OK, boomer”, clica en este enlace para ver el artículo completo.
¿Recuerdas los prejuicios que presenté en el artículo anterior? Sobre los y las millenials no paraba de escucharse que no les importa nada y son una generación de ni-nis… Sin embargo, fue la generación que empezó a preocuparse por las luchas sociales, acabar con las guerras, alcanzar una democracia justa, cuidar el medioambiente y llevar un estilo de vida saludable. Desgraciadamente, son una generación frustrada, pues, paradójicamente, son la generación más formada académicamente y con mayores tasas de desempleo. No se puede decir que no lo hayan intentado y no se hayan involucrado socialmente…
Por un lado, que las personas millenials son unas ni-nis; por otro, que las nuevas generaciones están perdidas… A lo mejor solo tenemos nuevos intereses y ocupaciones que las generaciones anteriores jamás imaginaron y quizá sean difíciles de comprender cuando se ha vivido una realidad diferente.
En este artículo puedes descubrir las diferencias en cuanto a valores, estilo de vida y trabajo deseado, entre la generación boomer, X e Y. En el caso de la generación Z añadiría la preferencia por el teletrabajo (algo que han hecho posible las TRICs) frente a la presencialidad. Además, aparece el concepto de “nómada digital”, explicado en este artículo sobre emprendimiento. Respecto a esta temática, la edad para el emprendimiento de la generación Y está en los 35 años y la de la generación Z en los 25. Además, la aparición de nuevas posibilidades laborales con el uso de las redes sociales que ha dado pie a la comunidad de creadores de contenido, como youtubers, gamers, influencers (en Instagram o Tiktok)…
Por otro lado, debido a los avances en inteligencia artificial, probablemente la mayoría de los trabajos a los que se dedicarán las nuevas generaciones T todavía no están ni inventados.
Los trabajos van cambiando porque la sociedad y sus necesidades van cambiando, se hace necesario responder a esa demanda. No tiene sentido idealizar ni desestimar los trabajos ni las motivaciones laborales del presente ni los del pasado (ni los del futuro que desconocemos, claro), pues deben ser valorados en su contexto.
Parece que la sociedad utilice la frase “respeta a tus mayores” solo cuando interesa, pues si son “más mayores de la cuenta” acaban sufriendo discriminaciones. El edadismo y el adultismo atentan contra el valor de la diversidad por el que tanto luchamos. Podemos aportar muchísimo a nuestro entorno social independientemente de nuestra edad y, afortunadamente, están surgiendo iniciativas que apoyan la riqueza de lo intergeneracional y la valía de cada persona solo por estar viva. De aquí surge el concepto de generatividad o acercamiento entre las generaciones.
Recuerda que vales mucho, exactamente lo mismo que el resto.
Psicóloga y acompañante de personas en situación de vulnerabilidad: experiencia con menores en riesgo de exclusión social, migraciones, diversidad funcional y colectivo LGBTIQA+. Amante de todas las formas de vida, su misión es crear espacios sostenibles. Cooperante y gestora en proyectos de agroecología y protección animal. Escritora y fotógrafa en búsqueda de aprendizajes. “Cualquier momento es bueno para la ternura”.