El lenguaje es uno de los elementos más valiosos que tiene cada sociedad, no solo para comunicarse sino también para reflejar cómo percibe y entiende su entorno, para manifestar los valores y exteriorizar su propia realidad.
Por lo tanto, es la sociedad la verdadera dueña del idioma y la evolución lingüística solo atiende a los cambios sociales que surgen naturalmente, sin imposiciones de ningún tipo.
Sobre esta evolución encontramos abierto un debate en España; un debate con peso político y cuya propuesta solo recibe la aceptación de una parte de la sociedad. ¿Cómo hacer para que el lenguaje sea más inclusivo? ¿Se le puede imponer el lenguaje a la sociedad o el idioma solo es capaz de evolucionar de manera natural?
Los cambios lingüísticos solo se producen a raíz de un cambio social profundo en los hablantes. Por lo tanto, es la sociedad en su conjunto quien decide cómo y cuándo evoluciona su propio idioma.
Así lo expresa y lo asume la Real Academia Española (RAE), una institución de más de 300 años que se ha dedicado al conocimiento, el registro y la explicación de los sistemas de la lengua española.
Además, la RAE ha definido el “lenguaje inclusivo”, concepto propuesto por un sector político, como el conjunto de estrategias dirigidas a impedir el uso genérico del masculino gramatical. Y agrega que se trata de un mecanismo que no supone una discriminación sexista, que está asentado en el idioma y que la sociedad hispanohablante ha asumido de forma natural.
Desde la otra vertiente, el sector que plantea la nueva fórmula define el “lenguaje inclusivo” como el tipo de lenguaje que busca erradicar el “sexismo” y el “androcentrismo” del idioma español. Esta parte de la sociedad que defiende la evolución inducida del lenguaje tiene una visión crítica del uso del masculino genérico del idioma español y expone que esa estructura lingüística excluye e infravalora a las personas por su sexo o por su identidad de género.
La propuesta para inducir un cambio en la lengua española asume que las mujeres y las personas de otros géneros no masculinos han sido invisibilizadas por causa de:
No obstante, la propuesta del “lenguaje inclusivo” va más allá y también plantea la creación de un género gramatical neutro. Por ejemplo, decir “elle” o “ellx” en lugar de “él” o “ella”, con el fin de visibilizar en la sociedad a las personas de todas las diversidades.
La RAE especifica que los desdoblamientos como “los españoles y las españolas” se hacen innecesarios frente al uso genérico del masculino para designar a todo individuo, sin importar su sexo o identidad de género.
Explica que estas formas resultan estructuras artificiales que atentan contra el principio de la economía lingüística, es decir, el proceso natural evolutivo del lenguaje que busca minimizar el esfuerzo a la hora de escribir y hablar. Además, estas repeticiones complican la lectura, la redacción, la sintaxis y la concordancia gramatical.
Sin embargo, la Academia expone que la mención explícita del género femenino se justifica cuando es de relevancia para el mensaje o contexto. Por ejemplo, en la descripción de un estudio científico comparativo entre “niños” y “niñas”.
Ante las nuevas propuestas, la RAE recomienda atender a la conciencia lingüística, es decir, al conocimiento y la percepción de la lengua que tiene de forma extendida el hispanohablante, que se refleja en cómo comprende y utiliza el idioma la sociedad en general. Todo ello se basa en que es de la propia sociedad de donde ha surgido la lengua, y sobre esa conciencia lingüística elabora la Real Academia su obra.
La evolución natural del lenguaje para ser más incluyente se ha observado en distintas áreas de la sociedad, como en el área de la educación, en las normas legales y en los documentos de la administración pública o entes privados, que vienen incorporando frases como: “la población española” o “el pueblo español” en lugar de escribir “los españoles” como masculino genérico.
En instituciones de la administración, organizaciones y algunas empresas se han adoptado estrategias para que el lenguaje sea más inclusivo; por ejemplo:
La modificación del lenguaje por imposición no es posible, dado que su evolución siempre responde a la conciencia lingüística de toda la sociedad. Por tanto, la propuesta del lenguaje inclusivo se enfrenta a importantes retos, principalmente: la aceptación y el uso por parte de todos los hispanohablantes, que se escuche natural y que sea legible.
Por ejemplo, las fórmulas “les niñes” o “ellx” no son de uso general, no son estructuras que formen parte de la gramática, no resultan naturales para la población y en diversos lugares ni siquiera las entenderían.
Por esto, el uso de la “e” o la “x” en los pronombres tiene como consecuencia la exclusión y marginalización de las personas que no están de acuerdo o que no entienden tal cambio. Dicho uso podría incluso llegar a representar una dificultad para las personas no nativas que intenten entender el idioma.
Con todo y con eso, el lenguaje es muy flexible, sobre todo el idioma español. Por lo tanto, con los pronombres existentes en la actualidad puede lograrse, con creatividad y empatía, una construcción lingüística que refleje una comunicación verdaderamente inclusiva.
Al final, la evolución del lenguaje ni atiende a normativas legales, ni se somete a las estructuras de una academia, ni responde a determinados grupos o a las demandas políticas del momento.
La realidad es que el lenguaje es un constructo social y, en consecuencia, su evolución solo puede ser llevada a cabo, naturalmente, por la sociedad en su conjunto.
En The Lemon Tree Education trabajamos para ofrecer una experiencia educativa óptima. Somos especialistas en educación internacional y ayudamos a las familias a seleccionar la opción que mejor se adapte a cada estudiante.
Somos un equipo de consultores de educación con amplia trayectoria en el sector. Ayudamos a familias y profesionales de la educación a desarrollar un plan estructurado para sus hijos o alumnos. #transparencia #educacioninternacional #expertoseneducacion