Se amable con todos, sociable con muchos, íntimo con pocos, amigo de uno y enemigo de nadie.
En su día, Benjamin Franklin, sin quererlo explícitamente, nos habló de la importancia de educar en habilidades sociales. Podríamos debatir sobre la veracidad de esta cita y cómo las relaciones sociales han evolucionado a lo largo de la historia. También podríamos debatir sobre la influencia de las tecnologías en las interacciones humanas. Pero si hay algo que carece de sentido debatir y que podemos afirmar es que somos seres sociales, por lo que comunicarnos con los demás es algo necesario que nos permite sobrevivir, crecer, nutrirnos de otros puntos de vista y vivir en armonía. Para ello, saber relacionarnos y disponer de una serie de habilidades sociales es fundamental.
Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que nos permiten interactuar y relacionarnos con los demás de una manera efectiva y satisfactoria. Son esos comportamientos, marcados por nuestra forma de ser que nos acerca de una manera más sana, vulnerable y sencilla a conocer al otro y por tanto, conocernos a nosotros mismos.
“Creo que no voy a caerles bien”, “no soy suficiente”, “No me van a aceptar”…
En ocasiones los sentimientos de inseguridad anulan nuestra capacidad de relacionarnos. Sentimientos de no estar a la altura, de no pertenecer al grupo, emociones relacionadas con la inferioridad, limitan nuestra manera de relacionarnos. Disponer de habilidades sociales con los demás nos aporta seguridad a la hora de desenvolvernos en nuestra vida social.
Además, la capacidad de expresarnos con asertividad en nuestras relaciones aportará sin duda emociones relacionadas con la seguridad, confianza y pertenencia.
Quiero que quede algo claro con todo esto. Las habilidades sociales no están para tratar de caerles bien a la gente, encajar en los grupos o ser superiores al tener mas amigos. Esto puede ser un gran riesgo ya que dejamos de ser honestos con aquello que sentimos o pensamos.
¡Las habilidades están a tu servicio!
Imagina que son como herramientas que tienes en tu mochila y que puedes utilizar cuando lo necesites, te ayudarán a interactuar con el “otro” de una manera abierta, confiada y libre.
Hemos llegado a un punto en nuestra sociedad donde para tener un trabajo o aspirar a entrar en alguna universidades, se necesitan algo más que habilidades técnicas. Las habilidades sociales son hoy en día un pilar fundamental en cualquier escenario. Un factor por tanto de gran valía en el mundo de la educación y de las empresas.
Afortunadamente, las habilidades sociales se pueden educar en casa, en el colegio o hasta con nuestro grupo de amigos. Se trata de estar abierto, presente y honesto para desarrollarlas y de encontrar la forma que mejor funciona para cada uno de nosotros.
Alguna de estas habilidades y competencias son:
La inteligencia social se define como la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros en forma empática y asertiva. Esta capacidad parte de conocerse a sí mismo y tener una buena gestión de emociones, por esto podemos decir que está muy ligada a la inteligencia emocional (link artículo inteligencia emocional), aunque no son exactamente la misma cosa.
Explorar a través de otras culturas, creencias, rituales y tradiciones nos dan la gran posibilidad comprender y aceptar al otro y a nosotros mismos. Las empresas y universidades reclaman cada vez más tener desarrolladas estas habilidades, fundamentales para el trabajar en equipos multiculturales.
El conflicto, ya sea a mayor o menor escala, con unas u otras implicaciones, es parte inherente del ser humano, precisamente porque somos seres eminentemente sociales, que necesitamos para nuestro desarrollo, bienestar y felicidad, relacionarnos con otras personas.
Por ello la gestión de estos conflictos se ha vuelto un pilar fundamental en la relación con los demás y en nuestro bienestar personal.
Como podemos observar, el tema de las habilidades sociales se encuentra presente en nuestra vida diaria, ya sea tanto por la presencia de estas como por su ausencia, tanto en ambientes familiares, en nuestra educación, como entre amigos. Aprender y desarrollar estas habilidades es uno mismo es fundamental para conseguir una relaciones óptimas y satisfactorias con los demás.
Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.
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