Ay, el final del verano… No deja a nadie indiferente ese momento en que los días se tornan más grises. A mí siempre me deja una mezcla de emociones difícil de descifrar. Despedirme de los días largos, los viajes, campamentos y, sobre todo, las nuevas amistades, puede ser complicado y triste. Aunque también es una oportunidad para reflexionar sobre lo vivido y plantearme cómo usar esas experiencias para crecer hacia una versión mejorada de mí misma y afrontar así el nuevo curso. Aquí dejo algunos consejos por si te sirven para decir adiós al verano más preparado o preparada que nunca.
El nuevo curso trae de la mano una nueva rutina y, antes de que te sumerjas en ella, tómate un momento para pensar en todo lo vivido y sentido durante el verano. ¿Qué actividades disfrutaste más? ¿Qué momentos fueron inolvidables? ¿Cómo puedo buscar esas actividades o momentos en mi rutina durante el curso? Escribe en un cuaderno o simplemente reflexiona sobre tus experiencias. Esto te permitirá entender mejor tus emociones e integrar esos aprendizajes en tu vida diaria.
El verano no siempre es perfecto, ya hablábamos de ello en este artículo. A veces, los viajes no salen como planeamos, los días se hacen largos, los campamentos pueden tener momentos difíciles y las relaciones se pueden complicar. Estos desafíos también son oportunidades para aprender. Piensa en cómo actuaste ante estas situaciones y qué podría servirte la próxima vez que tengas que enfrentar retos.
Reflexiona sobre quién es importante para ti. ¿Con qué personas mantuve contacto y cuáles no? ¿He creado nuevas conexiones? ¿Con quién quiero seguir en contacto durante el curso o con quién he perdido relación y ya no voy a tener tan cerca?
Es posible que hayas hecho nuevas amistades durante el verano. Si estas personas te aportan, lo normal es que no quieras que el vínculo se pierda. Pon energía a mantener el contacto, ya sea a través de redes sociales, mensajes o videollamadas. Estas conexiones pueden proporcionarte apoyo y un aire diferente a lo largo del año escolar.
Si descubriste nuevas pasiones o intereses durante el verano, prueba a hacerles un huequito y busca maneras de integrarlos en tu vida diaria. Por ejemplo, si probaste a hacer surf y te encantó, busca actividades cercanas relacionadas con el agua. Si disfrutaste de la fotografía, quizá tengas un club o escuela de fotografía cerca. También pueden ser una manera de crear nuevos círculos de amistad con intereses similares.
En verano el tiempo suele ser más libre, y de nuevo llegan los horarios estrictos del curso escolar. Para organizar tu tiempo de manera efectiva, te recomiendo usar una agenda o aplicación de calendario para planificar las tareas y actividades. No solo para estar al día con los estudios, también para reservar tiempo a aquello que más disfrutes.
El comienzo de curso y el cambio de estación pueden ser estresantes, es importantísimo que cuides tu salud mental. Asegúrate de alimentarte bien, dormir lo suficiente, y hacer ejercicio regularmente para mantener el estado de ánimo. No dudes en recurrir a alguien de confianza para hablar si te sientes abrumado o abrumada.
Es normal sentir inseguridad cuando da comienzo un nuevo curso, incluidas las inseguridades sociales. Recuerda que todo el mundo a tu alrededor está lidiando con sus propios miedos y desafíos. Sé amable y ten compasión contigo: date tiempo para adaptarte y permiso para cometer errores.
Recuerda que sean realistas y alcanzables. Pueden ser de tipo académico, como mejorar en una materia, pero también personales, pues hay mucho más que eso, como hacer más deporte o involucrarte más en comunidad. Lo más importante es que tengan sentido para ti, te motiven y disfrutes del reto. Si te has perdido este artículo, échale un ojo porque puede servirte de inspiración).
Hablar sobre tus aventuras vacacionales con tus seres queridos puede ser muy gratificante. Podéis haceros las siguientes preguntas de reflexión: ¿qué he aprendido este verano?, ¿cómo me siento ahora que ha acabado? Estas conversaciones nos ayudan a procesar las emociones y son inspiradoras también para el resto.
Por último, mantén una actitud entusiasta de cambio y aprendizajes, mirando con perspectiva las nuevas oportunidades y desafíos que trae consigo el otoño. Lo podemos ver como una nueva aventura.
Decir adiós al verano no significa pasar página para dejar atrás lo vivido o volver a lo anterior, a la misma rutina. Al contrario, es una oportunidad para integrar esas experiencias en ti y empezar el nuevo curso en busca de nuevas aventuras desde una versión más experimentada de ti. Con estos tips, podrás enfrentar el otoño con confianza y entusiasmo.
¡A por el nuevo curso!
Psicóloga y acompañante de personas en situación de vulnerabilidad: experiencia con menores en riesgo de exclusión social, migraciones, diversidad funcional y colectivo LGBTIQA+. Amante de todas las formas de vida, su misión es crear espacios sostenibles. Cooperante y gestora en proyectos de agroecología y protección animal. Escritora y fotógrafa en búsqueda de aprendizajes. “Cualquier momento es bueno para la ternura”.