Seguramente vienes de leer nuestro artículo sobre Creatividad I – El arte de crear. Si no, te recomendamos que le eches un vistazo antes de leer este. ¡También puedes hacerlo al revés! Como tú quieras.
Hemos leído ya sobre maneras de desarrollar el potencial de nuestra creatividad, observando nuestro mundo, aprehendiendo (está bien escrito) sin juicios y creando sinergias; también cómo podemos sistematizar, analizar y estructurar la creatividad con un fin determinado.
Hoy descubriremos juntos cómo hacer de nuestra vida un contexto de creación y creatividad.
En esta sección, te presentamos diferentes ámbitos de tu vida y te proponemos que elijas uno o dos con los que te apetezca empezar a aplicar los pasos que vimos en Creatividad I (observar, aprehender y crear sinergias), para que tu experiencia en ese ámbito se convierta en lo que tú deseas.
Hoy también vamos a jugar a otro juego mientras leemos este artículo.
El juego consiste en responder a esta pregunta conforme vayas leyendo sobre los diferentes ámbitos que aquí te proponemos. La pregunta es:
Si tu intención, por ejemplo, es aprender francés, lo más normal es que vayas a clase. Sin embargo, hay miles de maneras de aprender un idioma. Puedes hacer tándem francés-español con alguien que quiera aprender tu idioma (incluso buscar alguien online); ver series con subtítulos; escuchar y leer canciones; aprender por tu cuenta con un libro; hablar contigo mismo sobre temas que te interesan, buscando las palabras que creas que te pueden hacer falta de antemano (si te hace gracia, solo te digo que conozco a una persona que habla 12 idiomas con este método), o ¡puedes combinar estas ideas y todas las demás que a ti se te ocurran!
Si este es un ámbito en el que te ocupas, puedes escribir en un cuaderno cada noche 3 emociones diferentes que has experimentado durante el día; buscar un/a coach o terapeuta; irte a pasear con una amiga para reflexionar sobre algún libro que estéis leyendo a la vez sobre gestión emocional; crear una rutina de meditación; elegir canciones que te inviten a expresar emociones diferentes y bailarlas; ver películas con tu familia y discutir vuestras resonancias con los diferentes personajes de la película. Encuentra una manera que funcione para ti.
Quizás te apetece abrir un poco tu círculo de contactos y hacer nuevos amigos. Podrías apuntarte a un grupo juvenil o hacer voluntariado. A lo mejor necesitas estudiar mucho y quieres que sea compatible con tu tiempo de ocio: quizás ir a una biblioteca puede ser una buena opción.
No pretendemos decirte lo que tienes que hacer, sino ayudarte a ver que tienes muchas posibilidades si por lo que sea no te has parado antes a diseñar conscientemente el tipo de experiencia que quieres vivir en estos ámbitos.
Ir en bici al instituto, apuntarse a un equipo, hacer 20 minutos de ejercicio todos los días. A lo mejor te apetece unirlo con otra faceta como la social y quedar con amigos para hacer deporte, o con la intelectual y ver una serie en inglés mientras estás haciendo deporte.
Quizás te has acostumbrado a hacer las mismas cosas con tus amigos e ir a los mismos sitios. ¡Claro que eso también tiene su encanto! Quizás te apetece también descubrir con ellos sitios nuevos, temas nuevos de los que hablar, probar cosas juntos.
Quizás podrías averiguar qué les interesa, qué es importante para ellos, buscar momentos de interacción consciente con cada miembro de la familia por separado y crear momentos de diversión y encuentro.
También podéis turnaros preparando un día de conexión (semanal/un par de veces al mes) donde uno inventa algo para hacer todos juntos o en pareja. Una tarde creativa, una sesión de fotos, una noche de bailes, ver una película juntos o ir juntos a un evento cultural son solo algunas ideas.
“¿Qué puedo hacer para experimentarme comprometida, apasionada y creativa en mi proceso de aprendizaje o en mi trabajo?” sería un ejemplo de pregunta dinámica que podrías hacerte si experimentas bloqueo con alguna asignatura.
Empieza a conectar cómo lo que estás aprendiendo puede ayudarte en tu vida profesional o en tu vida en general. Por ejemplo, quizás no hayas a ser profesor de filosofía, pero el aprender a filosofar y tener un pensamiento crítico te va a ayudar en muchos otros ámbitos de tu vida.
Visitando a tus abuelos con más frecuencia y haciendo algo que les pueda resultar interesante a ellos; colaborando con algún proyecto social en mi instituto o vecindario; leyendo sobre temas relacionados con el medio ambiente y hablando a mis amigos sobre el tema; yendo a una granja para ver cómo trabajan allí.
Lecturas sobre el tema, tener un acompañante, buscar un grupo de jóvenes para quiénes también sea importante esta dimensión, ver documentales sobre referentes espirituales, practicar meditación, rodearme de naturaleza. Hay muchas aplicaciones para el móvil que puedes utilizar también cuando estás conmutando. Si aspiras a integrar esta faceta en tu día a día, existen numerosos mecanismos que pueden recordarte esta intención.
¿Has elegido ya las dos zonas de juego con las que empezar?
Pues bien, ahora está en tu mano:
Esta actitud creativa no solo hará de tu vida algo más divertido, dinámico, lleno de posibilidades e inspirador, sino que también te darás cuenta de que está cada vez más valorado en el mundo laboral y necesario en ese mundo “de ahí afuera”, como algunos le llaman al salir del confort de lo que estamos acostumbrados.
¡Que vaya bonito!
Alex
Alex es community manager, psico-terapeuta, formador y facilitador. Sus grandes aportaciones han sido realizar proyectos de cooperación internacional en Senegal, Costa Rica e India; programas de acompañamiento juvenil, educación emocional y experiencial en España; y coordinar la comunidad de expatriados más grande del mundo desde Alemania. Su misión es crear espacios donde los jóvenes puedan conectar con quiénes son, sus talentos y su manera de contribuir en el mundo de una forma sostenible.