Estudiar medicina en EEUU o Canadá conlleva un proceso algo diferente a hacerlo en Europa. En Norteamérica es necesario estudiar un grado universitario antes de acceder a la facultad de medicina o med school. Tras este grado universitario, los alumnos preparan el examen de admisión para una escuela de medicina, llamado MCAT (medical college admissions test). Oficialmente, desde el punto de vista de admisiones, cualquier grado en cualquier área es válido para solicitar acceso a medicina. De este modo, un alumno podría estudiar historia del arte, por ejemplo, prepararse para el MCAT y solicitar posteriormente ingreso en medicina. Sin embargo, desde el punto de vista de la formación como base de los estudios posteriores, y también desde la óptica de quien evalúa las candidaturas, hay unos grados que pueden verse con mejores ojos que otros, por lo que una buena elección de esos estudios previos a medicina es fundamental.
Cuando estás acabando bachillerato y estudias las diferentes opciones disponibles para llegar a la escuela de medicina, puede resultar chocante que la mayoría de universidades no ofrezcan un grado universitario en “pre-medicina”. En ese momento te das cuenta de que no necesitas estudiar un grado concreto previo y surge la pregunta: ¿qué grado es el más adecuado para recorrer ese camino? Desafortunadamente, la respuesta es un poco más complicada de lo que parece.
La Association of American Medical Colleges, que agrupa a las mejores escuelas de medicina de Estados Unidos y Canadá, ha realizado estudios en los que analiza los procesos de admisiones de dichas universidades y concluye que ese grado o especialidad previo no influye a la hora de ser admitido en dichas universidades. Según sus datos, solo el 51% de los alumnos que se matriculan en escuelas de medicina se había especializado previamente en ciencias biológicas. El resto de solicitantes provenían de estudios en humanidades, matemáticas, ciencias físicas, ciencias sociales o ciencias de la salud.
Al analizar los resultados del examen MCAT y la nota media de estos alumnos (GPA), se observa que casi todos los admitidos tienen notas similares en el MCAT y en el grado de pre-medicina. En cierto sentido, a las escuelas de medicina no les importa tanto qué grado o especialidad elijas previamente, siempre y cuando te hayas preparado bien para el examen de ingreso, hayas conseguido un buen resultado y cumplas con el resto de requisitos de admisión. ¿Por qué? Porque todos los alumnos estudiaréis los mismos contenidos durante los años de medicina y la mayoría de ellos serán nuevos para todos. Al analizar el GPA y los resultados del MCAT, lo que los comités de admisiones quieren comprobar es que estás preparado para afrontar la carga de estudios y el rigor de una escuela de medicina.
Aunque la especialidad o grado previo no importe a nivel “macro”, desde el punto de vista de admisiones sí puede tener un peso específico considerable a nivel “micro”. Al elegir un grado de pre-medicina hay 3 factores que tienes que tener en cuenta en tu selección: nivel de interés en el grado, dificultad de las clases y conveniencia para los estudios posteriores.
Cursar un grado en ciencias biológicas es aconsejable, no solo porque si estás interesado en estudiar medicina probablemente te interese esta área de especialización también, sino porque te ayuda a crear una base de conocimiento muy útil previa a tus estudios de medicina. Además, te forma en los requisitos que se te exigirán posteriormente, tanto en el proceso de admisión a la escuela de medicina como durante los estudios en sí. Como contrapartida, no se trata de un grado fácil per se y algunos estudiantes pueden encontrar cierta dificultad en las asignaturas de biología, lo que puede afectar a la nota media obtenida en el grado. Evaluar tus puntos fuertes y débiles es fundamental antes de elegir ese grado previo. Por mucho interés que tengas en bioingeniería por ejemplo, si terminas el grado con una nota media baja, estarás minando tu acceso posterior a medicina. El acceso a medicina es muy competitivo y no debes olvidar que necesitarás una buena nota media. Es muy posible que una nota baja descarte tu solicitud y es probable que el comité de admisiones no tenga en cuenta que has estudiado un grado difícil. Por el contrario, puede resultar también erróneo elegir un grado precisamente por lo contrario, porque sea muy fácil. La universidad es un momento de la vida académica en el que debes profundizar en aquellas áreas en las que te quieras formar y especializar y también donde midas si realmente ese campo es el que te interesa y tienes las destrezas adecuadas para él. Cuando estés estudiando medicina, tus jornadas de estudio variarán entre las 15 y las 40 horas semanales, sin contar las horas de clase, por lo que probarte durante los años previos es bueno no solo para que veas si eres capaz, sino para ver si lo disfrutas.
Cuando elijas el grado previo a medicina, recuerda que no hay una opción correcta que sirva para todos. Tendrás que evaluar qué grado es el más adecuado para ti, para obtener una buena nota media, aquél que te forme en el área de tu interés, el que te de unas tablas previas a medicina… al final, la mejor decisión será aquélla en la que encuentres el equilibrio entre estudiar lo que te apasiona, lo que eres capaz de gestionar y lo que resulte más práctico para el proceso de admisión posterior.
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