Los preparativos para irse a pasar un periodo de estudios fuera de casa pueden parecer un rompecabezas, pero no lo son. Hace falta lógica y sentido común y, por encima de todo, simplificación.
Cuando Saint Exupéry, el autor del Principito, dijo aquello de “Aquel que quiere viajar feliz debe viajar ligero” no estaba muy descaminado y aunque, como más tarde se ha sabido, se refería al “equipaje interior”, es bueno no perder de vista su consejo cuando preparamos nuestra partida sin por ello olvidarnos de las cosas esenciales.
Ya está todo definido: sabemos a qué país nos vamos, a qué ciudad, dónde nos alojaremos, cuál será nuestro lugar de clases, prácticas u otras ocupaciones. Faltan algunas semanas y tenemos que tratar de no dejar cabo suelto, no porque pueda sucedernos nada grave, sino para evitar que nos pasen cosas incómodas y que los contratiempos de nuestra imprevisión nos amarguen los primeros días de estancia allí.
Aunque sea lo más prosaico, lo primero que tenemos que tener previsto y bien organizado es la forma en que vamos a administrar nuestro presupuesto, nuestros gastos y nuestros medios de pago durante nuestra estancia fuera de casa. Las posibilidades actuales de vivir “cashfree” gracias a las plataformas y aplicaciones de pago, la banca online, los monederos electrónicos y demás medios de pago virtuales son sin duda un gran avance y nos permiten olvidarnos, hasta un punto, del dinero en efectivo. Pero sobre este punto hay que tomar dos precauciones principales:
Ya metidos en asuntos administrativos, hay que contar con una cobertura de seguro para eventuales problemas de salud, responsabilidad civil o, en casos extremos, de repatriación. Lo normal es que la inscripción en ciertas escuelas o universidades incluya algunos seguros pero es posible que solamente cubran lo que ocurra en el transcurso de la vida escolar o en sus instalaciones. Algunas tarjetas de crédito llevan incluidos seguros hasta una determinada cuantía y puede ser interesante informarse y tenerlo presente ya que es el típico servicio infrautilizado que nos puede sacar de un apuro en alguna que otra ocasión. Nunca está de más asegurarse de esas coberturas. La tarjeta sanitaria internacional no puede faltar entre los indispensables para viajar.
Es aconsejable hacer una copia de documentos importantes como la tarjeta de identidad, el pasaporte, la tarjeta sanitaria, la dirección de destino y la de origen, el grupo sanguíneo así como apuntar en papel los números de teléfono importantes que, aunque estén registrados en los contactos del propio teléfono móvil, no están identificados como importantes (exceptuando el AA) para quien pueda encontrarse con un móvil extraviado y desde luego no servir para nada si el teléfono se cae a un rio o se pierde en un metro. Ya que hemos optado por descargar nuestro cerebro de numerosa información, nunca está de más una libreta con “los esenciales de mi vida” por si de repente el mundo se hace menos digital y nos pilla en un paraje inhóspito.
Y hablando de teléfonos, no son pocos los casos conocidos de familias que afrontan pagos extravagantes de facturas telefónicas resultantes de una imprevisión manifiesta antes de un viaje. Afortunadamente, los propios operadores en el lugar de destino toman todas las medidas necesarias para que los estudiantes extranjeros tomen conocimiento de sus ofertas. Los servicios de información de alumnos en los centros de estudios en destino o las propias familias de acogida podrán, eventualmente, orientarnos sobre las mejores fórmulas en cuanto a los proveedores de telefonía local. La reflexión previa deberá ser si es más interesante conservar el operador del país de origen, elegir temporalmente uno en el lugar de destino o alternar el uso de más de una línea dependiendo del tipo de llamada y del uso de datos. Al igual que para los documentos importantes, llevarse una tarjeta SIM adicional con los datos copiados es una buena idea. (No olvidemos el cargador y el adaptador para enchufes)
Las redes sociales ofrecen otro tipo de información muy útil que no todo el mundo piensa en explotar: los contactos y conocidos de nuestros contactos y conocidos. Si es cierto que todos los humanos estamos a nueve contactos del resto de humanos que existen en la tierra (y que están conectados a internet, añadiría) es más que probable que podamos lograr el nombre o la referencia de alguna o varias personas residentes en nuestro lugar de destino por medio de alguien que este en nuestro círculo próximo. Es bastante habitual sentir que acudir o aproximarse al conocido de un primo lejano de un amigo no es cómodo ni fácil, pero menos lo es no tener absolutamente a nadie a quien acudir en caso de que los cauces que hemos previsto y programado no funcionen. Y quien sabe, el conocido de un primo puede ser quien nos brinde la oportunidad de alguna nueva experiencia durante nuestra estancia que ahora mismo ni imaginamos. No hay que cerrar la puerta a nada, porque las mejores cosas suceden donde y cuando menos se lo espera uno, a poco que uno haya tenido la suficiente previsión de obtener la forma de contactar con semi-desconocidos locales.
En cuanto al equipaje, aunque sea más fácil de hacer que una carrera en el extranjero, no deja de ser un desafío. Una premisa que suele dar buenos resultados es pensar en todo lo que NO hay que llevarse. La segunda regla a seguir es acordarte de llevarte, al menos en cantidad suficiente para un periodo inicial, todo lo que utilizas a diario: las medicinas que tomas, si las tomas; el líquido de las lentillas, si las usas; una cantidad pequeña de cada producto de aseo básico (se encuentran casi todos los productos en tamaño de viaje desde las regulaciones de restricciones en vuelos)… Uno se da rápidamente cuenta que no son tantas las cosas imprescindibles pero también es cierto que todo lo que se lleve desde casa es algo en lo que no habrá que gastar posteriormente. A partir de ahí, la lógica es quien manda : ropa adaptada al clima y a las actividades que se van a realizar, algún conjunto más arreglado por si surgen ocasiones especiales, ropa de noche y ropa cómoda para estar en casa, ropa de deporte, un calzado de cada tipo o dos a lo sumo (siempre podremos adquirir localmente o por internet algún “sustituto” o complemento en caso de necesidad), ropa de abrigo si vamos a pasar meses de invierno o de verano para el caso contrario o si cambiamos de hemisferio…
Finalmente, es recomendable llevar algún detalle para la familia que va a recibirte, en su caso, como muestra de cordialidad y agradecimiento. Y para los muy sentimentales, os aconsejamos llevar un “kit de consuelo”, esas pequeñas cosas que te hacen sentir en casa aun cuando te encuentras a miles de kilómetros, que son nuestros pequeños “amuletos” caseros que hacen más corta la distancia.
En The Lemon Tree Education, podemos facilitarte una guía completa que te ayudará a pensar en todos tus preparativos. ¡No dudes en preguntarnos!
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