Dada la delicada situación mundial en la que nos encontramos aún en abril del año 2021 y lo que nos ha afectado en nuestras posibilidades de movimiento, el número de cursos y experiencias educativas, en definitiva, la pedagogía online, que se ofrece en línea ha incrementado de manera sustancial. Exigirle a un profesor que se convierta en experto de este tipo de pedagogía de la noche a la mañana, no es muy realista y sería importante que hubiera mejor capacitación para que la calidad de la enseñanza no se viera muy afectada por este importante cambio.
Este artículo está dirigido a:
Cuando quieran determinar si un curso en línea es de alta calidad, pregunten a los educadores, acerca de estas variables.
Las actividades y experiencias educativas deberían ser asincrónicas, lo cual significa evitar tener al profesor y los alumnos todos conectados por vídeo para cada clase. Esto implica crear actividades que cada estudiante pueda realizar a su propio ritmo, tomándose el tiempo necesario para procesar, absorber y reflexionar.
Cuando todas las actividades son sincrónicas, no se aprovecha el potencial que tienen estas tecnologías. La idea no es reproducir el ambiente escolar en la pantalla, sino magnificar las ventajas que ofrecen estas herramientas para diversificar la enseñanza y que cada alumno pueda progresar según sus aptitudes y capacidad.
Debemos anticipar que, mayoritariamente, un alumno va a trabajar más despacio cuando está en su casa. Las razones son varias y fáciles de imaginar. Por lo tanto, debemos ser más selectivos con las actividades que diseñamos para ellos y reducir el volumen de tareas al mínimo para ser lo más eficientes posibles. Debemos evitar los deberes innecesarios y los plazos cortos de entrega.
Al no estar con el alumno para repetir y explicar las indicaciones que deben seguir, es primordial escribirlas con una claridad diáfana. Lo ideal es imaginarse las posibles confusiones que el alumno podría tener, para así evitarlas incluyendo información necesaria y poco ambigua. Cualquier vocabulario técnico incluido en las instrucciones debería ser definido explícitamente.
En caso de haber estudiantes para quien el idioma utilizado no es el materno, es incluso más importante dedicarle atención a este apartado. Por lo tanto, al dar instrucciones en línea, usar párrafos largos y con gramática compleja no es lo aconsejable.
Las descripciones de lo que hay que entregar deben estar bien definidas también. Debemos evitar cosas como:
Ambas son ambiguas y resultarán en una gran variedad en la longitud, esfuerzo y calidad del trabajo de los alumnos.
Nuestros jóvenes necesitan un equilibrio y no pueden estar en línea durante interminables horas todos los días. Se pueden planificar actividades que levante a los estudiantes de sus sillas y les hagan entrar en contacto con el mundo real, en la medida de lo posible. Reducir el volumen de actividades y deberes también es una buena estrategia, para que puedan tener tiempo libre para hacer ejercicio, jugar, y pasar ratos agradables con su familia.
A su vez, debemos intentar que conecten con otros alumnos, ya sea en persona o en línea, ya que el contacto humano entre estudiantes hace que el aprendizaje cobre más interés. Tener empatía significa no darle tanto peso a la productividad del alumno en términos de trabajos completados, y enfocarnos más en su experiencia de aprendizaje. Una manera de hacer esto es crear foros y discusiones, en los cuales pueden criticar constructivamente el trabajo de sus compañeros y darles ideas y consejos para mejorarlos.
Un error común es intentar utilizar tres o cuatro plataformas digitales diferentes para comunicarnos con los estudiantes. En línea, es importante generar rutinas de comunicación para que ellos puedan encontrar las instrucciones de manera eficiente. Usar una plantilla definida para describir los trabajos y una plataforma única, son pequeñas cosas que pueden ayudar mucho.
Esto no quiere decir que no utilicemos herramientas digitales variadas a la hora de que un estudiante realice una actividad. Nos referimos a las que utilizamos para comunicarle las instrucciones al alumno.
Conocemos muchos docentes que se han visto abrumados durante sus cursos en línea, porque no lograron definir bien unas horas de trabajo y de accesibilidad para los alumnos. Intentaban responder a los correos electrónicos, comentarios de foro, preguntas de los padres, llamadas, etc. todo de forma inmediata. Esto se evita al proporcionar unas ventanas de tiempo durante las cuales somos accesibles para responder a preguntas o para conectar con alumnos que necesiten soporte en directo.
Muchas veces podemos mejorar como maestros al pedir críticas y comentarios sobre posibles mejoras de nuestros alumnos. Esto es muy importante en cursos en línea, por que es difícil apreciar el estado emocional y mental de nuestros alumnos cuando no los tenemos cerca. ¿Estamos pidiéndoles demasiado trabajo? ¿El nivel que exigimos es realista en el plazo que les hemos pedido? ¿Tienen problemas con las plataformas que usamos? ¿Comprenden el vocabulario que utilizamos? Al pedir críticas, abrimos la posibilidad para que se exprese el alumno y aprenda también a que piense sobre su manera ideal de aprender. Los foros son una gran herramienta para estas conversaciones. ¿Cómo debemos expresar una crítica de manera útil, específica y a la vez de manera respetuosa? Esta habilidad es beneficiosa, si la logran desarrollar.
El que estén lejos de nosotros como maestros, no significa que las actividades que hagan no puedan ser interactivas. Hacer uso de las herramientas digitales también ofrece la posibilidad de buscar herramientas como desmos.com o khanacademy.org, que contienen ejercicios en los cuales pueden relacionarse en tiempo real con programas que les indican si van por buen camino, o si se están confundiendo en algo. Algunos les dan puntos por respuestas correctas, haciendo un juego de algo que de otra manera podría ser muy aburrido. El concepto de gamificación está cada vez más en auge y se ha demostrado que atrae la concentración y aumenta la retención de los alumnos.
Por último, esto es algo que es tan importante en educación presencial, como en la que es en línea. Es difícil aprender y retener lo aprendido sin saber cuales son los objetivos de las actividades en las cuales un estudiante está inmerso. Al comienzo de una experiencia educativa, o al final (idealmente, ambos), es muy aconsejable mostrarle al alumno cuales son los objetivos de dicha actividad y asegurarse de que estos estarán bien alineados con aquellas cosas que se tendrán en cuenta durante las evaluaciones de su comprensión.
Como pueden apreciar, no es fácil ser maestro y menos aún maestro de cursos en línea. Requiere mucha atención, empatía, fluidez con el uso de la tecnología y experiencia. Es muy posible que los componentes en línea sean cada vez más frecuentes en nuestro futuro educativo y, cuanta más atención pongamos en asegurarnos una alta calidad para el diseño de estos cursos, mejor será el resultado.
Esperamos que habiendo leído este artículo, puedan pedirles a los maestros de los cursos en línea que hagan en el futuro, que presten un poco de atención a estos parámetros y así ayuden a los profesores y a los compañeros del curso a que disfruten más de la experiencia y a su vez aprendan más.
Artículo basado en el trabajo de Alison Yang (https://alisonyang.weebly.com/blog/online-teaching-do-this-not-that).
Guillermo Machado es un educador con inquietudes holísticas, que ha tenido oportunidad de ejercer en más de diez países como parte de su trayectoria profesional. Graduado en Físicas por la universidad de Oxford y luego habiéndose especializado en educación en Nottingham, su interés actual radica en la pedagogía basada en el desarrollo de proyectos, y en cómo fomentar el desarrollo emocional de los alumnos de forma integrada con su formación académica.