Cuando se habla de los mejores sistemas educativos del mundo, lo habitual es pensar en potencias asiáticas, como Singapur o Korea del Sur, o en países nórdicos, como Finlandia o Noruega. Pero el sistema educativo canadiense, ha llegado, por méritos propios, a los primeros puestos de esta lista.
En los últimos informes PISA, llevados a cabo por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), Canadá ha sido uno de los pocos países en conseguir uno de los diez primeros puestos en matemáticas, ciencias y lectura.
Canadá es uno de los pocos países del mundo que no tiene un sistema educativo nacional. Las diez provincias y los tres territorios tienen ministerios de educación independientes que se encargan de la organización, gestión y evaluación en sus ámbitos territoriales en todos los niveles educativos, desde la enseñanza primaria hasta la universitaria. Este sistema ha funcionado con éxito: la tasa de alfabetización de Canadá es del 99%.
Si bien hay grandes similitudes entre los distintos sistemas provinciales en el país, algunos de ellos reflejan sus diferencias históricas, de idioma o de cultura.
Según el Council of Ministers of Education, Canadá dedica actualmente a la educación algo más de un 16% del gasto público total del país. Según el Informe sobre el desarrollo humano, Canadá invierte aproximadamente el 6% de su PIB a la educación. ¡Y hablamos de la décima economía del mundo!
Canadá es un país bilingüe por definición. Las leyes y las políticas de distintos niveles de gobierno obligan a que ciertos servicios estén disponibles en inglés y francés. No obstante, sólo el 18% de la población es bilingüe.
A nivel provincial, solo Quebec es oficialmente francófona y solo New Brunswick es oficialmente bilingüe. Los tres territorios (Territorios del Noroeste, Nunavut y Yukon) son también oficialmente bilingües.
El reflejo de este bilingüismo en la educación se da a través de los programas de inmersión francesa en los distritos escolares anglófonos, a través de los distritos escolares francófonos en zonas donde el inglés es el idioma de uso habitual…
El nivel de cualificación de los profesores en Canadá es mucho más alto que el de otros países de la OCDE. Por ejemplo, si tomamos como referencia la provincia de Ontario, donde se encuentra la capital del país, los requisitos mínimos para acceder a un puesto de trabajo en la enseñanza pública son: un grado universitario de -al menos- tres años y un programa de posgrado en educación (de habitualmente dos años de duración). Este exigente nivel de formación conlleva unos salarios que se encuentran también entre los más altos de la OCDE y que se mantienen uniformes en todo el país, por lo que, independientemente del lugar que elijamos como destino para un año escolar en el extranjero, los profesores serán fabulosos.
Si bien muchos estudiantes en España están acostumbrados a compartir clase con otros 26-30 estudiantes, en Canadá lo habitual es que las clases sean más pequeñas, con una media poco por encima de los 20 estudiantes. En ese sentido, la variedad de asignaturas hace que muchas clases sean aún más pequeñas, puesto que -quizá- el número de alumnos que la han elegido sea menor. Con todo ello, conseguimos una gran personalización en la enseñanza.
El sistema educativo canadiense tiene un planteamiento por el que busca que los estudiantes terminen la enseñanza secundaria habiendo probado multitud de clases en distintos ámbitos, desde los más típicamente teóricos hasta los más prácticos. Para ello, sobre todo a partir de grado 9 (curso equivalente a 4º de ESO), varias de las asignaturas de cada año son optativas tan variadas como taller de madera, cocina, robótica, fútbol, electrónica, guitarra, teatro, danza…
Para los estudiantes cuya lengua materna no es inglés (o francés), muchos de los colegios ofrecen clases de apoyo en inglés o francés como lengua extranjera, generalmente dentro del propio horario escolar y como una asignatura más. Estas clases no tienen un mero componente lingüístico, sino que también sirven como apoyo para las demás asignaturas.
En Canadá las clases tienen mayor interacción entre profesores y alumnos, más presentaciones orales, más trabajo en grupos, más tiempo para discusiones entre alumnos, más tiempo para practicar los temas nuevos, etc. De esta manera, con esta variedad de enfoques, es mucho más sencillo conseguir que todos los estudiantes encuentren su manera de aprender.
Todos los colegios del sistema educativo canadiense ofrecen una amplia variedad de deportes, que, habitualmente, se practican por temporadas. De este modo, por ejemplo, voleibol se suele practicar entre septiembre y noviembre, baloncesto entre enero y marzo, o tenis en primavera. Además de deporte, los colegios ofrecen otras actividades, como por ejemplo: club de debate, taller de redacción del anuario escolar, clases y competición de ajedrez, etc.
Y cuando se termina la enseñanza secundaria, llega la universidad. Un datos significativo: Canadá tiene el porcentaje más alto de población activa del mundo con estudios universitarios. Esto supone un 55% frente a la media del 35% del resto de países de la OCDE.
Todas estas características generales hacen de Canadá, sin duda, una superpotencia educativa. ¿Te interesa estudiar en Canadá?
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