Los estudiantes que disfrutan de su año escolar en un internado en el extranjero participan en muchas dinámicas que los colegios promueven y que les ayudan a aprender y a practicar otras áreas del lenguaje más allá de la meramente académica. La mayoría de los estudiantes internacionales van al extranjero para reforzar el idioma, pero son muchas otras las habilidades que también se desarrollan en un colegio de estas características. Liderazgo, trabajo en equipo, confianza en uno mismo y resolución de problemas son algunas de ellas y todavía adquieren más importancia cuando ayudan también al estudiante a mejorar su nivel de idioma.
Una asignatura aparentemente inocente como teatro puede convertirse en la manera en la que los estudiantes internacionales se diviertan al tiempo que aprenden vocabulario nuevo, leen textos más específicos y mejoran su pronunciación y declamación. Muchos alumnos han avanzado significativamente en su nivel de inglés u otros idiomas a través de su participación en el equipo de teatro.
Sin embargo, hay una actividad que los internados promueven entre sus alumnos (nacionales e internacionales) que potencia su nivel de idioma y proporciona a los estudiantes la capacidad de defender un tema de exposición y argumentar sobre algunos trabajos realizados por ellos mismos u otros: hablar en público. A través de este curso, los alumnos no sólo aprenden consejos y técnicas para realizar presentaciones con más confianza y siendo convincentes, sino que también aprenden a exponer de la manera más eficaz para cautivar al público. La capacidad de presentar sus ideas de una manera clara, segura y auténtica puede marcar una gran diferencia y tener un gran impacto en su trabajo futuro y, más a corto plazo, en su éxito personal y académico. Una preparación meticulosa y mucha práctica son factores clave que los profesores en un colegio de estas características fomentan entre sus alumnos.
Estos son algunos de los consejos que los alumnos reciben para realizar su presentación:
Pregúntate a ti mismo, «¿qué información quieren recibir tus oyentes?». Esto no sólo te ayuda a adaptar tu mensaje al público objetivo, sino que además es un recordatorio de que hay que centrar la atención en él. A partir de ahí puedes elaborar tu discurso a través de una lista de preguntas que sirvan como hilo conductor para lo que vas a contar. Se trata de una herramienta muy práctica tanto para la preparación de la charla como para el momento en sí del discurso ante el público. El poder de esta estructura basada en preguntas es doble:
* El orador se siente más seguro al hablar dado que conoce las respuestas a esas preguntas.
* El discurso será más comunicativo dado que va a responder a las preguntas que el público se está haciendo y esto ayuda a los oyentes a recordar mejor la presentación.
Añadiendo emoción, relevancia y variedad en la presentación, puedes estar seguro de que el público recordará lo que está viendo y oyendo.
Los oyentes necesitan ayuda para recordar el contenido de tu charla. A menudo, el público que no participa y simplemente se sienta a escuchar lo que dice el presentador acaba perdiéndose buena parte del mensaje que éste quiere transmitir. Es importante incluir contenido relevante para ellos y un gancho emocional que les ayude a recordar el discurso.
* Es importante que dediques tiempo a asegurarte de que el contenido es relevante y entendible por el público. Al hacerlo relevante, haces que sea memorable. Hay muchas maneras de conseguir esto: puede ser mediante la conexión del contenido con información que el público ya conoce o proporcionando algunos hechos o datos numéricos que puedan entender acompañados de un ejemplo que van a recordar fácilmente.
* Además, es útil incluir algunos ganchos emocionales. Los oyentes recuerdan los discursos que tienen una carga emocional mucho más fácilmente que aquellos que sólo proporcionan hechos y números. Piensa en la respuesta emocional que quieres despertar en tu público y luego planifica tu discurso de manera que obtengas esa respuesta.
Añadiendo emoción, relevancia en el contenido y variedad en la presentación, puedes estar seguro de que el público recordará lo que oye y ve.
Usa una estructura interesante para presentar el contenido que te ayude a recordar lo que tienes que decir y haga que el público retenga esa información también. Una de las más utilizadas es – ¿Qué? – ¿Y entonces? – Por tanto, ¿ahora qué?
Varía tu voz, pon ejemplos o casos prácticos y utiliza también material audiovisual.
Pero del modo correcto. No se trata sólo de memorizar y pasar diapositivas. Es necesario practicar de pie y pronunciando el discurso en voz alta como lo harías delante de los oyentes. Escucha tu propia voz y utiliza gestos relevantes y apropiados.
Utiliza preguntas para conectar con el público. Esto fomenta la participación de los asistentes. Hay que conseguir que el público no sólo escuche sino que se involucre en la conversación.
Estos y muchos otros consejos son algunas de las destrezas que nuestros estudiantes aprenden en un internado. Los alumnos adquieren las habilidades necesarias para una presentación en público, un debate en clase o una futura entrevista de trabajo. Son habilidades para la vida que cada vez son más necesarias en este mundo competitivo de hoy en día y que además adquieren en el idioma que están estudiando en el extranjero con lo que el avance es doble.
No se trata sólo de defenderse socialmente en una conversación con el idioma aprendido en un curso de verano. Es un gran impulso para el idioma a un nivel muy superior que difícilmente se puede conseguir con otro tipo de programas.
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