La enseñanza, un arma de construcción masiva.
“Hoy he pasado 6 horas en clase; de ellas, 5 horas y media he estado escuchando a un profesor hablar, sin interrupciones, dando datos, fechas y números que, por supuesto, tenemos que memorizar para el examen. La media hora restante corresponde a 2 dudas del único compañero que parece haber entendido algo y discusiones sobre la fecha en que nos examinarán.”
¿Te suena de algo esta historia? Ojalá que tu respuesta sea “no”, pero mucho me temo que la mayoría hemos estado envueltos en una enseñanza magistral y pasiva, en la que el maestro/profesor habla y el alumno escucha.
Sin embargo, cada vez se hace más patente que el mundo globalizado y tecnológico en el que vivimos requiere de nuevos métodos y técnicas de aprendizaje novedosas que permitan al alumno recibir una educación integral como persona y como profesional. Son necesarias nuevas técnicas para apoyar y motivar el trabajo de educadores, en consonancia con el desarrollo del alumno.
Aprendizaje colaborativo, inteligencia emocional, mindfulness, enseñanza invertida o gamificación son algunos de los ejemplos que están tomando más importancia en los colegios y universidades actualmente, en respuesta a la revolución educativa que está surgiendo. Es importante buscar la innovación educativa para avanzar respecto a la educación clásica y poner en valor distintos aspectos de la enseñanza que antes no se tenían en cuenta y ahora resultan fundamentales.
Actualmente, este enfoque educativo está empezando a abrirse paso en colegios, institutos y universidades, apoyado fundamentalmente por fundaciones, asociaciones, proyectos y empresas sociales que apuestan por un aprendizaje no formal en el que se difuminan las líneas que separan alumnos y profesores, se educa en valores y se trabaja en equipo y por proyectos. Estos son algunos ejemplos:
La Fundación Promete lleva en marcha desde 2003. Como bien explica en su web, la misión de Fundación Promete es promover un mayor y mejor desarrollo del talento de todas las personas, mediante el diseño y realización de proyectos de innovación educativa y social, en cooperación con el resto de agentes sociales, como aportación a un nuevo paradigma de educación vocacional, personalizada e incluyente: La Educación del Ser. Lo realizan a través de diferentes ámbitos y contextos como son Campus Promete, Mi Colegio Promete y Club Deportivo Promete.
La Akademia es un proyecto educativo, que, de forma gratuita, promueve la educación emocional entre jóvenes de 18 y 23 años. Su finalidad es acompañar a chavales sensibles y curiosos para que aprendan a ser felices y descubran quiénes son verdaderamente, encontrando el sentido que quieren darle a sus vidas. A través del autoconocimiento y la responsabilidad personal, inspira a que los jóvenes sanen su autoestima, cultiven la confianza en sí mismos y desarrollen todo su potencial, emprendiendo una función profesional útil, creativa y con sentido en la nueva Era del Conocimiento.
Su fundador explica cómo muchos jóvenes se quejan de que el colegio o el instituto no les enseñan a aprender, sino a obedecer. De esta manera, el modelo tradicional de enseñanza está basado en las necesidades de otra época y no ha avanzado junto a las necesidades de la sociedad actual, por ello no invierte energía en el desarrollo de la creatividad o el emprendimiento.
Sin embargo, no son sólo entidades como estas las que buscan un cambio revolucionario, también hay institutos y profesores que luchan por una forma de enseñanza innovadora. Existen ya institutos en los que la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía autorizó el año pasado Mindfulness como asignatura obligatoria, curricular y evaluable, tratando que los alumnos trabajen la observación, la escucha, la confianza, el autoconocimiento y la gestión de sus pensamientos y emociones.
Otros centros educativos optan por nuevas metodologías, como la unión de clases de Matemáticas y Educación Física, aprendiendo trigonometría con malabares en colegios de Cantabria. Utilizar este tipo de herramientas desde una edad temprana ayuda a que las personas no se centren en los conceptos teóricos y antiguos, sino que desarrollen sus competencias sociales y de innovación.
En definitiva, debemos ser conscientes del mundo cambiante que nos rodea y buscar los métodos y herramientas que hagan de la enseñanza un “arma de construcción masiva” que siga los ritmos de nuestra sociedad. Olvidar las clases magistrales en las que el alumno funciona como un mero espectador y llevarlo a ser el centro de su propio aprendizaje a través del autoconocimiento, el desarrollo personal y el trabajo en equipo.
Como alumnos debemos tomar las riendas de nuestra educación y hacernos responsables de lo aprendido y lo no aprendido, siendo los protagonistas de nuestra propia enseñanza en valores y la búsqueda de nuevas técnicas acordes a nuestra esencia. Por ello debemos buscar la innovación, hacernos partícipes de la toma de decisiones y de la creación de proyectos, dando un impulso a la creatividad, el emprendimiento y la gestión de conflictos y emociones.
Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.