Seguro que muchas veces has oído hablar de la lista de deseos o de propósitos o la lista de cosas que quiere hacer antes de morir que tiene la gente, lo que en inglés se conoce como bucket list. Esta lista suele tener viajazos, planes superguays o hazañas increíbles. Mucha gente la suele hacer cuando su imaginación está llena de deseos de hacer cosas alucinantes o justo antes de empezar el año. Si yo te contara las locuras que solía poner los días 30 de diciembre hace unos años… y que luego eran demasiado difíciles de cumplir.
Pero, ¿qué pasa con lo opuesto? Seguramente hay cosas que no quieres hacer en tu vida. ¿Has pensado en ellas? Descubrirlas puede ser un ejercicio mental que que te pueda dar pistas muy interesantes sobre cómo guiar tu vida. De hecho, puede ser una forma chula de afrontar las cosas que de verdad quieres hacer, desde otro punto de vista.
En estas listas de “antideseos” se pueden incluir muchas cosas muy negativas que por supuesto nadie quiere, como volverse adicto a algo o caer en una deuda importante con tarjetas de crédito, pero también pueden incluir pequeñas cosas que has aprendido a evitar a través de la experiencia o grandes aspiraciones que reflejan el tipo de persona que quieres ser.
Visualizar lo que no quieres que pase es también una buena forma de crear actitudes y propósitos y de generar una respuesta de cambio e iniciativa para que las cosas pasen.
A continuación te dejo un ejemplo de lista de anti-deseos para viajar.
Es fácil encontrar excusas para no hacer algo. Quizá quieres hacer un viaje pronto pero estás esperando porque tienes miedo a perderte algo o hay algo que te frena. Tu amigo podría tener una fiesta mientras estás fuera o te perderás un torneo deportivo u otro evento.
O tal vez piensas que debes esperar hasta tener un amigo disponible para viajar. Ese amigo con el que quieres viajar y que no te vale otro.
Estos pensamientos hacen que sea demasiado fácil evitar viajar. Nunca se van a dar las condiciones ideales, pero es que ¡quizá estas condiciones son las ideales! Adelante, toma la iniciativa y da el primer paso.
No hace falta que te diga el problema que tenemos con el uso indiscriminado del móvil y las redes sociales. Lo que sucedió en año nuevo en París fue algo alucinante, donde no había ni una sola persona disfrutando del espectáculo de fuegos artificiales, sino que todos los presentes, miles de personas, lo vieron a través de sus pantallas.
La realidad a través de una pantalla no es realidad. Y no somos conscientes de lo que perdemos por utilizar tanto el móvil, sobre todo, en ocasiones especiales. Los recuerdos en tu mente y las experiencias que vivas tendrán un impacto mucho mayor que las fotos en tu Instagram o Tiktok. Ya lo hablaban Los Chikos de Maíz en su canción de “Black mirror”. Por cierto, si no has visto la serie, te la recomiendo mucho (black mirror hace referencia al espejo negro en el que nos reflejamos todos todos los días, las pantallas).
Es una reflexión interesante, no solo para cuando viajas, sino para tu día a día. ¿De verdad necesitas todo lo que tienes? ¿De verdad necesitas llevarte tantas cosas al viajar? O al contrario, ¿puedes salir más ligero, con menos cosas que poder perder y menos cosas materiales a las que darle excesivo valor? Echa un vistazo a un artículo anterior donde hablamos del minimalismo y de aprender a desprenderse.
No hay nada de malo en querer visitar los principales sitios turísticos. Se hicieron famosos por alguna razón, pero te perderás mucho si eso es todo lo que ves al viajar. No podrás experimentar la cultura local y la esencia de los lugares y las personas si solo te relacionas con gente de tu país o visitas los típicos sitios turisitocs. Además, últimamente hay tanto turismo que ¡hasta hay cola para llegar al Everest!
No lo olvides, las verdaderas experiencias se encuentran fuera del camino.
Dicho esto, te vas a estresar si intentas verlo todo. Cuando regreses a casa, puede haber momentos en los que alguien te pregunte si viste cierta parte de un país o una ciudad. Está bien si la respuesta es no. Es imposible verlo todo y, si lo intentas, es posible que vayas con prisa en lugar de disfrutar del viaje.
Incluso si eres quisquilloso con la comida, probar los platos locales es parte esencial de la diversión de viajar. Sin duda, ¡mi parte favorita!
Parte de esto se remonta a las redes sociales. Pensar en qué publicación en Instagram será la mejor no es útil al tomar decisiones de viaje. No podemos garantizar que otras personas estarán impresionadas, pero podemos hacer cosas que nos hagan sentir orgullosos de nosotros mismos.
En la sociedad occidental nos hemos malacostumbrado a creer que nuestra cultura y forma de vivir prevalecen por encima del resto y a veces nos cuesta abrir la mente a nuevas formas de vivir y a culturas diferentes. De hecho, viajando verás cosas con las que puedes no estar de acuerdo o que te chirríen o no te gusten. Pero esto es parte del aprendizaje y de trabajar la empatía. Abre la mente a lo que pueda venir y no juzgues, ya verás que te llevarás una gran sorpresa.
Mirar como si miras a través de los hijos de un niño y absorber lo que ves y aprendes como un niño pequeño cuando empieza a hablar, son, sin duda, dos superpoderes que se van deteriorando conforme nos hacemos mayores, pero es bueno ser consciente y evitar que eso nos pase.
Tu instinto te ayuda a mantenerte seguro y a tomar decisiones. Si comienzas a sentir que algo está mal, presta atención, especialmente si estás viajando solo. Por otro lado, a veces tu instinto puede ayudarte a tomar decisiones. Es importante saber escucharte y hacer lo que el cuerpo te pida.
Viajar puede causar nerviosismo en algunas personas. Eso es normal, pero si hay un nivel más profundo de ansiedad o depresión, eso no debe ser ignorado. Hay momentos en los que el autocuidado es primordial. Por otro lado, viajar ofrece muchas oportunidades para abrazar la alegría.
A veces las cosas van mal durante un viaje. Inevitablemente, habrá momentos en los que se cancele o retrase un vuelo, un sitio turístico esté cerrado o el clima no sea como esperabas. Ahí es cuando es hora de dominar el arte de adaptarse a las circunstancias.
Esta actitud no solo ayuda con los viajes, sino con la vida en general. ¿Quién sabe? Tal vez conozcas a tu nuevo mejor amigo mientras esperas en el aeropuerto. La aventura siempre está a la vuelta de la esquina y, sin nada más, puedes tener un gran recuerdo de viaje que diga «No puedo creer que esto haya pasado».
¿Qué agregarías a tu anti-lista de deseos? ¡Te leemos!
Apasionado por viajar, las culturas y las personas, Sergio es un ingeniero con experiencia en proyectos de cooperación internacional y de impacto social en comunidades por África y América Latina. Trabaja como coordinador de un proyecto de educación en África, ha fundado una ONG que trabaja con jóvenes activistas y ha montado una startup de movilidad sostenible.