¿Cómo está siendo el comienzo de octubre? ¿Cómo se siente tu cuerpo? ¿Qué estás procesando en estos días? Y con procesar me refiero a nivel físico, emocional, mental y espiritual. Como dice una amiga mía profesora de yoga: ¿qué se está moviendo dentro de ti?
¿Cómo va tu revolución o revoluciones interiores?, ¿qué prácticas estás llevando a cabo?, ¿cuáles están siendo tus rutinas o rituales?
Puede que estés pensando… “Cuántas preguntas”. Te entiendo, por eso el artículo de hoy va sobre el yoga, que podemos practicar con nuestro cuerpo. ¿No de manera separada, conectándolo con nuestra mente? ¿Cómo?
Sigue leyendo y te cuento.
Vamos a empezar por algunos beneficios que tiene el yoga
El yoga es conocido por su capacidad para ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. A través de la práctica de posturas, la respiración consciente y la meditación, los jóvenes pueden aprender a manejar mejor las tensiones diarias. Esto no solo les ayuda a sentirse más relajados, sino que también puede mejorar su concentración y claridad mental.
El yoga implica una variedad de posturas y movimientos que ayudan a aumentar la flexibilidad y la fuerza muscular. A medida que los jóvenes practican regularmente, pueden notar que su cuerpo se vuelve más ágil y fuerte, lo que puede ser beneficioso tanto en la vida cotidiana como en la práctica de otros deportes.
La conciencia corporal es un aspecto importante del yoga. A través de la práctica, los jóvenes pueden aprender a mantener una mejor postura y alinear su cuerpo correctamente. Esto no solo puede prevenir problemas de espalda y cuello en el futuro, sino que también puede mejorar su confianza y presencia física.
Además de reducir el estrés, el yoga puede tener un impacto positivo en la salud mental en general. Puede ayudar a los jóvenes a desarrollar una mentalidad más positiva, aumentar la autoestima y promover la autoaceptación. La meditación y la atención plena también pueden ayudar a mejorar la claridad mental y la toma de decisiones.
Muchos jóvenes luchan con problemas de sueño, ya sea debido al estrés, la ansiedad o la falta de una rutina de sueño saludable. La práctica regular de yoga puede ayudar a mejorar la calidad del sueño al reducir el estrés y promover la relajación. Esto puede llevar a un sueño más profundo y reparador, lo que a su vez puede aumentar la energía y la concentración durante el día.
El yoga nace en la India hace más de tres mil años y tiene sus orígenes en los Vedas, unos textos sagrados de la cultura hindú. La enseñanza de su filosofía se basa, sobre todo, en dos textos escritos en sánscrito, el Bhagavad Gita (texto importante de la cultura hindú que es parte del Mahabharata (un poema épico sobre la reencarnación de los dioses) y los Yoga sutras del maestro Patanjali, que recopilan todo el conocimiento existe sobre el yoga moderno.
La palabra yoga proviene del sánscrito ioga, que significa “unión del cuerpo con la mente y de la mente con el alma” y puede considerarse que, como disciplina, abarcar niveles físico, mental y espiritual. Posee sus propios métodos y fundamentos, que hacen que sea un sistema de desarrollo interior amplio y completo.
En Occidente suele considerarse como un tipo de gimnasia y el aspecto más conocido por el gran público son las posturas físicas y la meditación, pero también incluye terapias naturales, métodos de respiración, filosofía, psicología, nutrición, ética, higiene y mucho más. A pesar de ser una disciplina milenaria muy extendida en la India, no llegó a Occidente hasta finales del siglo XI, cuando Swami Vivekananda viajó a Estados Unidos, dondo comenzó a impartir enseñanzas de yoga y de la escuela filosófica Vedanta. El gurú hindú Paramahansa Yogananda, otro precursor del yoga en Occidente, se instaló en California en los años veinte del siglo pasado y publicó la historia de su vida en 1946 con el título de la Autobiografía de un yogui, aún considerado un clásico en la literatura sobre el yoga.
Según los textos sagrados, su objetivo es eliminar las perturbaciones de la mente, pero en la práctica eso depende de las expectativas de cada yogui. En muchos casos se convierte en un camino personal e íntimo para vivir en armonía con uno mismo y con el entorno. Para entender el yoga se requiere una práctica regular y una experimentación personal.
Como vemos, el yoga no es un conjunto de posturas y rutinas, un deporte que se practica con el único objetivo de ponerse en forma. Es un camino espiritual de vida que emprendemos para lograr un equilibrio completo. Por eso, su práctica integra el cuerpo, la mente y el espíritu, porque no se puede disociar uno del otro.
De lo que se trata el yoga, como muchas otras prácticas espirituales, es de la Union. En el yoga todo se integra, todo se une.
Si no hay equilibrio entre materia y espíritu, entre vida interior y vida exterior, entre personalidad y alma, no hay yoga
Y como en la mayoría de las prácticas de desarrollo personal y camino espiritual, cada persona tiene su camino y su forma de disfrutar de lo vivido.
Así que, si te gusta la idea de iniciar a practicarlo o seguir haciéndolo, espero que tengas un bonito camino.
Namasté
Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.