Enhorabuena por haber nacido en una de las fases más creativas y transformadoras en la historia de la humanidad. Tenemos la capacidad de re-diseñar la presencia humana en el planeta, de crear un mundo más equitativo, donde se utilicen los recursos de forma más circular, con una agricultura y una economía regenerativa, con una democracia verdadera basada en la sabiduría, con tecnologías benignas inspiradas en la vida y con procesos sociales e intercambio de conocimientos efectivos. Esta transformación es inevitable y ya está tomando forma. El movimiento de transición es una importante muestra de ello.
Daniel Wahl
En el artículo anterior (https://www.thelemontreeeducation.com/que-es-el-movimiento-de-transicion/) vimos algunos de los aspectos clave del movimiento de transición, de dónde surge y de qué se trata. En este enlace puedes encontrar información sobre la red.
Muchos os preguntaréis: ¿qué motiva a un grupo de personas a formar una iniciativa de transición en su comunidad?
En un principio se pensó para dar respuesta al pico del petróleo y al cambio climático, sin embargo, esas motivaciones iniciales han ido ampliándose conforme el movimiento iba asentándose en diferentes lugares del mundo y el contexto iba cambiando. Podemos encontrar múltiples motivaciones y puede que resuenes con algunas de ellas.
¿Te identificas con algunas? ¿Podrías añadir alguna más a la lista?
La transición se está manifestando en una inmensa diversidad de movimientos, proyectos e iniciativas que de manera creciente están emergiendo en la actualidad. Trabajando con enfoques complementarios, abordando ámbitos diversos –económicos, sociales y ambientales– y adaptándose a diferentes escalas y contextos. Desde las grandes ciudades a los pequeños pueblos, desde los países más industrializados a los menos. Desde el trabajo aplicado a escala comunitaria hasta corrientes de pensamiento, grandes manifestaciones, centros de investigación o proyectos surgidos desde las instituciones.
Algunos de estos movimientos ecosociales son:
Existen también diferentes corrientes de pensamiento o movimiento con un enfoque más teórico como la ecología profunda, la simplicidad voluntaria, el ecofeminismo, la desobediencia civil o el decrecimiento, o al más académico como, la economía ecológica, ecología política, pasando por el ámbito del diseño como la biomímesis y las culturas regenerativas.
Hemos escrito sobre algunos de estos conceptos en otros artículos, échales un vistazo: «Ecología profunda«, «Slow life y culturas regenerativas«, «Economía circular«.
También encontramos iniciativas locales de todo tipo que están surgiendo a gran velocidad. Seguro que algunos conocéis los grupos de consumo, los huertos urbanos, centros sociales autogestionados, asambleas de barrio. Y en el ámbito económico las redes de intercambio con sus monedas sociales y bancos de tiempo, la economía social y solidaria promoviendo cooperativas y mercados sociales, así como las empresas del bien común y la economía colaborativa y circular.
Algunas escuelas interesantes, enfocadas en la educación son:
La recuperación de un nuevo equilibrio global pasa por la reconstrucción de resiliencia mediante el decrecimiento consciente de las economías, la recolocación de nuestros modos de vida y la reconexión con el medio natural, y para ello es imprescindible un gran cambio cultural.
La ecopsicóloga Joanna Macy denomina el gran cambio al gran peregrinaje que nos permita pasar de un modelo político, social y económico autodestructivo a uno acorde a los límites del planeta. Ella identifica tres grandes dimensiones esenciales en este proceso: las acciones que sostienen, aquellas que protegen lo que queda de los sistemas naturales y frenan el daño social y natural; los cambios estructurales, todas aquellas acciones dirigidas a reinventar nuestra civilización, a crear alternativas; y el cambio de conciencia, la transición interior que permite crear nuevos valores y creencias y enraizar en todos los cambios estructurales.
Uno de los mayores retos es evitar la dispersión de muchos de estos movimientos y a veces su estrecha mirada, que ha supuesto que, en vez de trabajar conjuntamente, se aislaran perdiendo así gran parte de su fuerza y alcance. Por todo ello, en estos momentos cruciales de la historia, resulta imprescindible afrontar la problemática socioambiental desde una perspectiva holística, buscando la manera de conectarse e unirse, aumentando así la masa crítica y favoreciendo el aprendizaje entre unos y otros.
Joanna Macy
Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.