Todos los años, en el mes de mayo, Canadá se viste de fiesta y celebra el festival de tulipanes más impactante del planeta, conocido como el Canadian Tulip Festival. Es un evento apoteósico que exhibe a más de un millón de tulipanes en diversos lugares de la ciudad de Ottawa, en la provincia de Ontario.
El Festival del Tulipán se celebra en Canadá como símbolo de los lazos de amistad y relación histórica con Holanda y en reconocimiento del trabajo y esfuerzo de los soldados canadienses en la Segunda Guerra Mundial, durante el proceso de liberación de los Países Bajos y Europa.
Este magno evento, celebrado desde el año 1953, conquista a más de 600.000 personas cada año, a través de las impresionantes plantaciones de tulipanes por toda Ottawa y de diversas manifestaciones artísticas, de cultura y gastronómicas relacionadas con el tulipán. Pero ¿por qué celebran con tulipanes en Canadá? ¿Qué une a Canadá con Holanda? Para responder a estas interrogantes tenemos que remontarnos en la historia.
Antes de conocer el origen del Canadian Tulip Festival, es necesario entender la importancia que tiene el tulipán para los holandeses.
El tulipán en Holanda entró el siglo XVI, cuando el embajador austríaco recibe bulbos de tulipán del Imperio Otomano y se los entrega al botánico Carolus Clusius, profesor universitario en Leiden de Holanda. Allí Clusius experimentó con la flor y pronto fue una planta muy solicitada.
Rápidamente el tulipán fue incrementando sus precios, alcanzando precios absurdamente altos y llevando a muchos a invertir todo lo que tenían. Esta burbuja económica estalló en 1637, haciendo que los precios descendieran tanto que la mayoría de negociantes quedaron en la ruina.
Después el tulipán salvó la vida de muchas personas. Durante la Segunda Guerra Mundial, una gran zona de los Países Bajos quedó completamente aislada de alimentos. Y gracias a la facilidad de cocción de estos bulbos y su alto porcentaje de nutrientes, muchas vidas se salvaron en Holanda.
En el pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, exactamente en el año 1940, Holanda fue atacada y ocupada por el ejército alemán. En medio de este torbellino y una capitulación, la familia real se refugió en Gran Bretaña.
En vista de que el territorio inglés también resultaba peligroso, la reina Guillermina envía a las dos princesas a un lugar lejos y seguro, las envía a Ottawa en Canadá. Allí Beatrix y Juliana llevaron una discreta y sencilla vida.
Tiempo después, en 1943, nace la tercera hija de la princesa Juliana, la princesa Margarita. Pero existía un problema legal: según las normas, quien naciese fuera de territorio holandés no podía reinar.
Para evitar que Margarita quedará excluida de su derecho al trono, el gobierno de Canadá hizo uso de un artificio del Derecho Internacional al declarar la extraterritorialidad del barrio en el que nació la princesa.
En resumen, por decisión del parlamento canadiense, Margarita llegó al mundo en Ottawa, pero considerándose a la ciudad como extensión de la tierra holandesa. Un acto de hermandad entre países que fue recibido con gran emoción por la Reina, la abuela de Margarita. En 1945, al regreso de la familia real a Holanda, y en agradecimiento por tan generosa declaración, así como por la gran actuación y liderazgo del ejército de Canadá en la liberación de los Países Bajos, la soberana decreta el envío de 100.000 bulbos de tulipán a Ottawa en Canadá.
Los tulipanes en Holanda tienen un significado especial. Tal como explicamos al principio, fue uno de los productos nacionales que sobrevivió a la inhospitalidad y devastación de la Segunda Guerra Mundial.
Además, en dicha devastación, en medio del atroz invierno del año 1944, el tulipán ayudó a alimentar a miles de holandeses, salvándolos de la muerte por inanición.
En la actualidad, Holanda es el mayor exportador de tulipanes a nivel mundial y comparte un pasado de hermandad con Canadá.
Después del 1er envío de tulipanes a Canadá, en 1946 la princesa Juliana toma la iniciativa de enviar nuevamente 20.000 bulbos de tulipán. Una decisión que se tornó oficial, por lo que se decreta en Holanda el envío anual de 10.000 bulbos a Ottawa.
Sin duda, el tulipán conquistó a los canadienses y en el año 1953 se lleva a cabo la primera edición del Canadian Tulip Festival, organizada por la Junta de Comercio de Ottawa.
En posteriores ediciones este Festival ha contado con la presencia de los integrantes de la corona holandesa. En 1967 fue visitado por la princesa Juliana, convertida en reina. Y en el 2002, la propia princesa Margarita, cuyo nacimiento dio origen a la hermandad entre países, se presentó en el gran evento del tulipán.
En la actualidad Ottawa se sigue engalanando con la exhibición de las plantaciones de tulipán en el mes de mayo. En honor a la gran amistad que une a Canadá con Holanda.
Uno de los lugares más destacados, considerado el epicentro del evento, es el Commissioners Park, que junto al Rideau Canal son los sitios más visitados.
Pero hay más lugares para deleitarse, como el Major’s Hill Park y decenas de jardines por toda la ciudad. Incluso, el hecho de no poder visitarlo no implica perdérselo, porque se puede hacer el pedido de ramos de tulipanes.
El Canadian Tulip Festival no solo ofrece las maravillas de los bulbos de tulipanes en las plantaciones, también brinda experiencias gastronómicas y manifestaciones artísticas creadas con tulipanes. Por ejemplo, la degustación de pétalos de tulipán y platos creados en base a estos bulbos
Otras distracciones como fuegos artificiales, una caminata por los fantasmas de Ottawa, el paseo nocturno por los jardines, incluso un bingo de tulipanes. En total, son diversas las actividades que te esperan en el Canadian Tulip Festival, cada mes de mayo.
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