Seguramente hayas escuchado hablar sobre la huella de carbono. Hoy dedicaremos este artículo a entender lo que significa y lo estrechamente relacionada con el cambio climático, resultado de las sociedades de consumo que hemos desarrollado y que se alejan de la sostenibilidad de la que ya hemos hablado en otros artículos.
¡No te lo pierdas!
Como ya hemos mencionado en alguno de los anteriores artículos, la actividad humana y, concretamente, los gases de efecto invernadero que producimos, han aumentado de manera insostenible y alarmante, amenazando nuestra salud.
Han perturbado el planeta hasta el punto de que ha perdido la capacidad para autorregular la biosfera. A este proceso lo conocemos como cambio climático y supone un gran riesgo para el medioambiente, la economía y la sociedad. ¡Un medio ambiente saludable es fundamental para el bienestar de todas las personas!
Se entiende como huella de carbono “la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto por un individuo, organización, evento o producto”.
¡Ojo! Que colaboramos al cambio climático con nuestra propia huella de carbono.
Y te preguntarás: ¿Qué puedo hacer para reducir mi huella de carbono?
El primer paso es comprender tu impacto personal en el clima mundial, desde una perspectiva local hasta una perspectiva mundial, evaluando tus decisiones y actividades diarias. Puedes calcular tu huella de carbono aquí.
También puedes informarte de cuáles son las empresas y organizaciones con las que colaboras y que se esfuerzan por registrar su huella de carbono, por reducirla o incluso por compensarla con proyectos de absorción de CO2. En el caso de organizaciones españolas accede a este enlace. Utiliza este criterio para elegir, por ejemplo, con qué empresa de transporte viajar.
Los proyectos de absorción de CO2 o de compensación de la huella de carbono se centran en la reforestación o forestación de terrenos, es decir, ¡en plantar árboles! Árboles que merecen ser valorados y cuidados, pues absorben CO2 de la atmósfera. Seguro que cerca de ti hay movimientos de este tipo y les encantará contar con tus manos.
Si no puedes plantar tu propio árbol, puedes optar por jardines verticales y adoptar plantas propias de la localidad donde vives que no requieran demasiado uso de agua.
Los hábitos alimenticios de la población son gran parte del problema medioambiental:
En menos de un minuto, visiona qué puedes hacer para mantener una dieta más sostenible para el planeta:
Sustituye el vehículo privado por la bicicleta o caminar. Esto es, además, mucho mejor para tu salud física y mental (también puedes utilizar el transporte público).
Coger un avión emite 285 gramos de carbono por kilómetro, frente a los 104 gramos de un automóvil o los 14 gramos de un tren. Plantéatelo para las próximas vacaciones.
“Piensa global, actúa local”
El primer paso para impactar globalmente, es impactar localmente y a tu alrededor, siendo consciente de tu influencia en las decisiones de las personas que te rodean. En otras palabras: ¡predica con el ejemplo y no guardes para ti este conocimiento tan valioso! Siempre es un buen momento para empezar a reducir la huella de carbono en nuestro entorno con pequeñas acciones.
Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.