Haremos en esta publicación un recorrido por las diferentes tendencias educativas más vigentes en la actualidad y, sin duda, analizaremos las que están viniendo y provocando un cambio.
Como bien nos explicó sir Ken Robinson en su charla de TED del 2006:
Estamos educando a nuestros niños de manera que limitamos severamente su creatividad.
El paradigma educativo tradicional está anticuado y ya no nos sirve. La mayoría de programas existentes aún se concentran en producir un cierto tipo de persona, una que sea capaz de aprobar exámenes estandarizados, diseñados para medir la comprensión y el conocimiento, pero que no son representativos de las habilidades y las aptitudes del alumno en un más amplio sentido. Lo que es más grave: la comprensión y el conocimiento que suele evaluar es en base a contenidos que poco tienen que ver con las pasiones y las inquietudes del alumno. Tampoco tienen mucho que ver con los retos que contiene el ambiente laboral, personal, social y cultural del siglo XXI. Se deciden desde “arriba” y son resultado de una inercia educativa histórica, sin haber sido actualizados debidamente.
Nos llevaría varios artículos analizar todos las maneras en las que este modelo ya no es apto para nuestros jóvenes. La buena noticia es que hay muchos educadores y diseñadores de programas educativos por todo el mundo, que han comprendido esto y que están proponiendo alternativas de mucho mérito. Aquí, quisiéramos incluir algunas de estas iniciativas, para que padres y alumnos puedan reconocer a qué se refieren estos términos cuando se los encuentren en los contenidos escritos acerca de los colegios que estén en su consideración.
Quizás lo más importante a la hora de comprender el ángulo o la perspectiva desde la cual un colegio enfoca su programa de estudios, es que esté centrada al rededor de los potenciales de desarrollo del alumno. No nos referimos solamente a que exista una atención personalizada, sino también a que el alumno, sobre todo los que ya entran en la adolescencia, tengan una libertad para poder orientar el contexto en el cual van a experimentar su aprendizaje.
Instituciones como el Buck Institute, y colegios como Hi Tech High, Shanghai American School y muchos otros con programas innovadores, han explorado y generado este tipo de pedagogía para intentar abordar los problemas que aquí describimos.
Se trata de una educación multidisciplinar, en la que los ciclos de aprendizaje se conducen a través de proyectos, y en la que se le quita importancia a los exámenes y evaluaciones escritos bajo presión de tiempo. Los estudiantes tienen múltiples oportunidades de mejorar y retocar sus trabajos, y a menudo trabajan en equipos. Hay proyectos que son diseñados y planeados mayoritariamente por los profesores, y hay otros en los que el alumno tiene mucha más participación en su concepción. En líneas generales, cuanto más maduro e independiente el alumno, más responsabilidad se le suele dar. En esto, varían mucho las escuelas, pero la manera de evaluar al alumno se hace a través de una presentación, o de una obra de teatro, un concierto, o alguna manera de presentar lo que han aprendido, frente a una audiencia. Ésta puede consistir de sus compañeros de clase, profesores, padres o incluso expertos en la materia que está presentando.
Los parámetros que se usan para evaluar suelen ser el conocimiento, las habilidades, y las aptitudes del alumno. Por ejemplo, para un proyecto sobre la segunda guerra mundial, el conocimiento deberá estar bien contrastado y extraído de fuentes fiables y bien citadas. Las habilidades podrían ser las de demostrar la oración en público, uso de recursos digitales al exponer, y la capacidad de responder a preguntas en vivo durante la presentación. Por último, las aptitudes podrían ser las de demostrar un pensamiento crítico, resiliencia al encontrarse con dificultades, y la de trabajo en equipo si la presentación se hace con un compañero o varios.
La idea es que este contexto es mucho más parecido a cómo se lleva a cabo un trabajo en un entorno profesional. Los maestros y administradores suelen definir de antemano cuales son las habilidades y las aptitudes que se busca desarrollar en el alumno. Éstas se deben alinear con los valores y principios que la institución promete querer fomentar. Cada escuela suele expresar estos contenidos en su página web y en sus materiales de publicidad.
A través de estos proyectos, el contenido académico se absorbe por el estudiante de manera más orgánica y natural, ya que es necesario para darle substancia a su proyecto. Este tipo de aprendizaje suele perdurar más en el tiempo, ya que no se está estudiando para simplemente aprobar un examen. La motivación es más intrínseca y no obedece tanto a presiones artificiales y externas. Cuanto más se involucre al alumno en las fases de concepción del proyecto, más intrínseca será su motivación. En este sentido, tuvo que tomar muchas decisiones para proponerle a su profesor un proyecto de suficiente rigor y profundidad.
Este tipo de pedagogía busca utilizar el lugar, las personas y la cultura del sitio donde se encuentra el alumno, para poder anclar el aprendizaje en una realidad práctica, que poco tiene que ver con los contextos imaginarios que los exámenes escritos les proponen. Un estudiante le suele dar poca importancia o relevancia a las situaciones que los exámenes describen. En cambio, la cosa cambia cuando, por ejemplo, uno sale al bosque y recoge sus propias muestras, tras tener una conversación con el guardabosques, quien ha explicado qué condiciones tiene el ecosistema, y cuales son las maneras que han usado para abordar el redoblamiento del bosque y de su fauna. El estudiante comprende la necesidad real, y una vez más, aprenderá con más curiosidad, y sensación de propósito.
Muchos colegios, privados sobre todo, han usado el recurso de los tutores, mentores o psicólogos para intentar apoyar emocionalmente a los alumnos cuando estos tienen una crisis o mucho estrés. La versión más holística y efectiva que intenta proporcionar la versión más reciente de este sistema es la de incorporar en la misma pedagogía programas integrados de educación socio-emocional.
En lugar de esperar a que el alumno entre en crisis para ayudarle, se integran contenidos y ejercicios en la pedagogía, de tal manera que el estudiante puede aprender a conocerse mejor, ya sea emocional o físicamente, y así evitar llegar al punto en el que hay una crisis. Reconociendo en tiempo real sus propias necesidades, anímicas, físicas, emocionales e incluso intelectuales, les permite a los jóvenes ir resolviendo sus conflictos y resistencias a medida que van teniendo conversaciones consigo mismos, con sus padres, compañeros y profesores. Para esto, los profesores han de recibir una educación en estos métodos e integrar, en los proyectos o actividades, ejercicios que estimulen este tipo de desarrollo y comprensión en el alumno. También han de dar un buen ejemplo como adultos, en su manera de reaccionar a situaciones, retos y dificultades en su aula, o donde estén facilitando el aprendizaje.
Esto existe en muchas asignaturas, pero hablaré de las matemáticas para este ejemplo. Educadores como Dan Mayer y Robert Kaplinski han sido muy generosos al diseñar muchísimas actividades de matemáticas que están basadas en problemas auténticos. Con esto, se puede motivar y estimular la curiosidad del alumno, sin necesidad de salir del aula, aunque también se pueda. Un método que usan a menudo, consiste en enseñar un vídeo sobre un fenómeno curioso al comienzo de la clase y permitir que los alumnos hagan una lista de preguntas que les surgen de lo que han presenciado. Se hace una lista de las preguntas y se tiene un debate a ver cuáles de esas preguntas pueden ser de más interés, bajo el contexto de explorar conceptos matemáticos.
Una vez elegidas una o dos preguntas de interés y potencial educativo, el profesor pregunta a los alumnos, ¿qué información nos haría falta para resolver esta pregunta? Y ellos empiezan a pedir tal información, que el profesor le suministar o que ellos mismos pueden buscar. Luego se ponen todos a trabajar en grupos, discutiendo todos los métodos que pueden resultar en una resolución o mejor comprensión del problema. Al final de la actividad, todos presentan sus soluciones y se discuten los méritos de cada metodología. Siempre hay grupos que tienen soluciones distintas y otros que tienen algún fallo. A base de discutir tales cuestiones, los alumnos tienen una experiencia más real de lo que supone resolver un problema complejo y las matemáticas que se aprenden por el camino están bien ancladas en la experiencia del alumno. Ellos piden la información que requieren. No es el libro de texto que les da toda la información en el enunciado del problema. También se enfatiza la variedad de métodos posibles, y el alumno siente una libertad que de otra manera se vería diezmada.
Con la reciente pandemia, se ha puesto de manifiesto la necesidad de tener la opción de poder educar a nuestros jóvenes con contenidos accesibles desde su hogar, con un ordenador. Blended learning se refiere a una pedagogía mezclada, que contiene aspectos tecnológicos y contenidos analógicos. Esto puede ser el uso de sus libretas, bolígrafos, bibliotecas y la necesidad de salir a recoger datos sobre algún fenómeno de interés. La idea es que el alumno tenga una variedad de actividades, y que esté tanto al ordenador con el apoyo de su maestro, como trabajando sobre papel, o entrevistando a alguien de interés para la actividad, por ejemplo. Un curso de blended learning bien planteado es mucho más interesante para el alumno que estar al ordenador pasando de una página a otra de actividades sin tener que moverse de la silla por razón alguna.
Estas son algunas de las propuestas de la pedagogía moderna para abordar el problema de una educación anticuada. Los colegios más innovadores están utilizando una combinación de estos métodos, y gracias a esto, los alumnos están experimentando una educación más relevante, y con más vitalidad.
Aunque los padres, profesores y alumnos requieran un periodo de adaptación y re-educación en estas metodologías, hay suficientes investigaciones que apuntan al éxito de tales métodos. Desde The Lemon Tree Education nos alegramos de que existan tantos educadores e investigadores en el mundo que están explorando estas maneras de fomentar el desarrollo de nuestros jóvenes de cara a un siglo XXI que cada vez es más incierto y que tantos retos nos propone.
Guillermo Machado es un educador con inquietudes holísticas, que ha tenido oportunidad de ejercer en más de diez países como parte de su trayectoria profesional. Graduado en Físicas por la universidad de Oxford y luego habiéndose especializado en educación en Nottingham, su interés actual radica en la pedagogía basada en el desarrollo de proyectos, y en cómo fomentar el desarrollo emocional de los alumnos de forma integrada con su formación académica.
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