Vivimos en un mundo globalizado y cambiante, en el que las culturas se fusionan, el conocimiento se transmite en milisegundos de una parte a otra del mundo y la sociedad avanza a una velocidad mayor que la que nuestros ojos observan. Prueba de esto es que, según el Foro Económico Mundial, el 65% de niños que comienzan la escuela primaria hoy en día, trabajarán en empleos que aún no existen.
Esto es un hecho desafiante para jóvenes como tú, que sois el motor del movimiento en nuestras comunidades. Muchos os encontráis con dificultad en el acceso a algunas universidades y envueltos en enseñanzas lineales y rígidas que no evolucionan al ritmo que lo hace vuestro entorno, nuestro entorno.
Este es el reto al que se enfrenta la sociedad al completo, responsable de rediseñar la educación y las habilidades que queremos desarrollar, dotando a los jóvenes de las competencias adecuadas para que no os sintáis perdidos.
¿Quieres tener una formación integral, adecuada a lo que tu comunidad necesita y a las habilidades que eres capaz de desarrollar? Prueba a descubrir cuáles son las habilidades más requeridas para los jóvenes en el futuro y descubre cuáles quieres explotar.
La tecnología y las herramientas digitales pueden dejar de suponer un problema (el que tiene a asimilarlas con la adicción a videojuegos, redes sociales y a un uso desproporcionado de internet) y pasar a ser parte de la solución. Potenciar su buen uso, buscar el acceso a internet para todos en todo momento, supone algo crucial para la transmisión de información y para conectarnos con personas de todo el planeta. Un impulso digital para los jóvenes puede ser una oportunidad de apertura al exterior.
Por otro lado, aunque la sociedad nunca deje de avanzar, van a aparecer ante nosotros momentos de crisis, como ha ocurrido con la pandemia del Covid-19, en los que la tecnología puede ser nuestra mejor aliada para que la educación no se frene y hagamos del aprendizaje en línea una realidad. Una inversión en herramientas digitales y en preparación para un mundo en continuo cambio es esencial.
Esta formación que mencionamos debe ir de la mano del desarrollo de las llamadas soft skills o “habilidades blandas”, claves en tu futuro y en tu presente. Por si no tienes muy claro a qué me refiero, estamos hablando de: la práctica de la escucha activa, la empatía, la responsabilidad o la creatividad.
Es difícil aprenderlas en cursos teóricos y formales en este momento, pero una educación que busque despertar la inteligencia emocional, la resolución de problemas y las habilidades interculturales y multilingües, debe ser el objetivo de nuestras escuelas.
Para que esto sea posible, debemos basarnos en el trabajo en equipo, para lo que necesitamos personas con fuertes habilidades sociales. Estas son fundamentales para relacionarnos con los demás de una forma libre y positiva.
Estas habilidades permiten la expresión e intercambio de opiniones y sentimientos de una forma asertiva, adaptándonos al contexto y a nuestra relación con las personas de nuestro alrededor. Esto es esencial para acercarnos a una mayor integración social.
Para un trabajo en equipo satisfactorio, estas habilidades sociales deben verse compaginadas con habilidades organizativas tales como la capacidad de liderazgo y la toma de decisiones.
Para que puedas integrar todo lo que hablamos, es necesario un trabajo previo en la propia inteligencia emocional, de manera que tu autoestima, seguridad, responsabilidad y confianza se vean potenciados.
Una vez asentadas estas bases, resulta sencillo avanzar en el desarrollo de habilidades como el pensamiento crítico, la visualización de metas, decidir desde perspectivas más globales y tomar conciencia de tu propio impacto en la sociedad.
Estoy seguro de que son numerosas y fuertes tus inquietudes ante el mundo y también estoy seguro de que tienes increíbles ideas innovadoras en tu mente que darían respuesta a múltiples problemáticas actuales. Pues, como tú, ocurre con muchos jóvenes. Por ello, resulta de especial importancia invertir energía y tiempo en desarrollar habilidades como la creatividad, la iniciativa, la intuición o la capacidad de aceptar el fracaso. Esto último es fundamental porque te permitirá reaccionar a la incertidumbre con una mentalidad de crecimiento, e identificar los errores como oportunidades, en lugar de quedarte paralizado.
Existe una gran cantidad de retos a los que los jóvenes os enfrentáis y es admirable la concienciación desarrollada ante ellos. No es ninguna novedad ver a un adolescente dirigir una marcha mundial contra el cambio climático, a un joven luchando por los derechos de la mujer, por la igualdad o por la no discriminación. Ante esto, dotar a los jóvenes de las herramientas que os permitan desarrollar proyectos laborales o de vida que den respuesta a estas inquietudes es básico.
Si tienes sueños e ideas que sientes que van por delante de lo aprendido en la enseñanza tradicional, si crees que la construcción de nuevas comunidades, adaptadas y sostenibles es posible, si sientes que tu desarrollo personal puede ayudar a que el futuro de tu sociedad sea un futuro prometedor, piensa y dedica tu tiempo a conocer y desarrollar estas habilidades.
Por si quieres leer lo que ya hemos hablado sobre «invertir en desarrollo personal», visita esta entrada y también esta otra.
Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.