Si alguna vez te has propuesto cumplir una meta a largo plazo y al final no la has conseguido, como, por ejemplo, organizar un viaje de verano con tus amigos, vivir un año estudiando en un país extranjero o conseguir entrar en la carrera que querías, supongo que entenderás el sentimiento tan frustrante que se te queda en el interior. Pasar tanto tiempo pensando en ello, imaginando, soñando e ilusionado para que después nada de eso ocurra, es como si un jarro de agua fría congelase cualquier tipo de posibilidad.
La gran mayoría de personas en nuestra sociedad está acostumbrada a la gratificación instantánea de los objetivos a corto plazo, normalmente objetivos sencillos y alcanzables. Muy pocos son capaces de invertir tiempo y dedicación y estar comprometidos para alcanzar los objetivos propuestos a largo plazo. La mayoría se encuentra con obstáculos que le impiden conseguir aquello que se han propuesto.
En ocasiones nos encontramos obstáculos a la hora de poder cumplir una meta. Estos obstáculos se deben a factores externos, ya sean una enfermedad, el clima o las condiciones del país, pero en muchas otras son los llamados factores internos.
Esos factores internos en forma de excusas o saboteadores nos impiden dar los pasos necesarios para acercarnos poco a poco a nuestra meta final. Lo usual es que se deje de creer en uno mismo (“no estoy preparado, no soy suficiente”), que se pierda la motivación (“creo que al final no es una buena idea”) o que simplemente cambien de idea engañándose a sí mismos (“¿Sabes qué? Me he dado cuenta de que esto no es para mí”).
Y luego encontramos a personas que se comprometen, con un profundo conocimiento sobre sí mismas, que se dan cuenta de las excusas y saboteadores que su mente inventa, así como de sus habilidades más desarrolladas e invierten en su desarrollo personal. Así, encuentran las claves para convivir con estos obstáculos internos y, sobre todo, hacen del proceso hasta la meta un viaje enriquecedor.
La manera más sencilla y efectiva de saber gestionar estas excusas y saboteadores es invertir en tu desarrollo personal (si quieres saber algunas formas de despertar tu curiosidad lee el post “Invertir en el desarrollo personal I”).
Estos son algunos de los beneficios de invertir tiempo en tu desarrollo personal:
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Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.