En la actualidad, son muchos los colegios que se embarcan en proyectos educativos basados en la sostenibilidad, en muchos lugares del mundo.
A todas luces, esta tendencia responde a la urgencia ecológica y medioambiental a la que se enfrenta la humanidad de forma cada vez más apremiante. Es lógico que los colegios hagan suyas las preocupaciones medioambientales ya que la crisis ecológica y la crisis social van de la mano y el colegio es un actor de primer orden en materia social, por lo que no puede quedar fuera de las cuestiones esenciales que afectan a los ciudadanos.
La concienciación en materia de sostenibilidad debe convertirse en una misión fundamental del colegio, ya que ayuda a los niños y a los jóvenes a comprender los grandes retos del mundo en el que viven para posteriormente desarrollar los medios para actuar en la mejora del mismo. Los efectos más beneficiosos de una educación en sostenibilidad son el aprendizaje del concepto de ciudadanía, la comprensión del sentido de los aprendizajes y la motivación por causas fundamentales.
Es cierto que se va extendiendo en toda la sociedad la concienciación sobre la importancia de una educación que contemple todas las dimensiones del problema medioambiental y ecológico, pero no siempre resulta fácil ni evidente lanzarse en un proyecto de escuela sostenible: problemas de tiempo, de medios, de apoyos, dificultad de crear una cohesión frente al proyecto, falta de conocimientos… Y sin embargo se sabe que, actualmente, el sistema educativo tiene una tasa de éxito muy limitada en su capacidad para fomentar una participación activa de los jóvenes en los grandes retos de la sociedad. Un movimiento como el que ha propiciado la estudiante sueca Greta Thunberg demuestra sin embargo que las nuevas generaciones son sensibles a la problemática del cambio climático y están dispuestas a implicarse de forma colectiva.
Una escuela sostenible debe plantearse desde una perspectiva sistémica e interdisciplinar para dar sentido a los aprendizajes desde varios ángulos: social, natural, humano, técnico, económico… Es por tanto necesario que sea un proyecto global para que todas las áreas de enseñanza se hagan eco de una misma finalidad. Es importante que esa finalidad no se limite al capítulo de la gestión medioambiental sino que abarque todos los aspectos de nuestra relación y nuestro impacto sobre el entorno. Es el carácter transversal de la conciencia medioambiental el que ayuda a comprender las consecuencias de conductas y comportamientos que podrían, a priori, no relacionarse directamente con la preservación del entorno y que sin embargo lo están. La sostenibilidad no solo es un problema “técnico” sino que concierne la relación entre naturaleza, humanidad y desarrollo en el sentido más amplio. En ese sentido, muchos de los proyectos de escuela ecológica que más destacan en la actualidad incorporan la sostenibilidad incluso en el propio funcionamiento de la escuela.
Los colegios «verdes» son ámbitos educativos saludables, de alto rendimiento tanto para los alumnos como para el personal. Idealmente, se caracterizan por:
Puede que la escuela sostenible sea la escuela del futuro, aunque se intuye que la sostenibilidad no es lo único que puede influir en los grandes problemas de la humanidad. Pero forma parte de las acciones y proyectos que se inscriben en la construcción de un mundo más ecológico, más pacífico, más solidario y más democrático.
El colegio más «verde» del planeta está en Bali, se llama Green School y fue creado en 2008, con el objetivo de sensibilizar y responsabilizar a las generaciones futuras con respecto a la preservación del medio ambiente. Este centro se fundamenta en la idea de crear un medio natural basado en una forma de aprendizaje que estimule la creatividad el alumno, su curiosidad y su respeto por la biodiversidad.
«Deseamos formar una generación de ciudadanos responsables, capaz de actuar de forma duradera en beneficio del planeta. Les enseñamos a consumir de forma equitativa, a ahorrar energía y a aprovechar los beneficios de la tierra sin contaminar y sin despilfarrar»
En 2012, Green School ha sido elegido el «colegio más verde del mundo” por el US Green Building Council. Esta organización otorga el LEED (Leardership in Energy and Environmental Design) a los edificios de mayor calidad medioambiental. Green School se ha convertido así en un modelo de referencia entre todas las existentes.